las características diferenciadoras del Ser Humano. Cuando se establecen comparaciones entre los humanos y los animales surgen rasgos diferenciadores, de los cuales los más sobresalientes son:
• Posición erguida, le permite liberar las manos y usarlas de múltiples maneras, transportar cargas y le facilita la cooperación.
• Mano versátil: la oposición del pulgar y del índice, la presión fina, hacen de la mano un instrumento de enorme precisión y le facilitan su actuación sobre las cosas y la transformación de estas.
• Dieta omnívora : favorece su supervivencia ya que puede alimentarse de casi todo, lo que multiplica sus posibilidades de encontrar alimento.
• Actividad sexual permanente: La carencia de períodos de celo en las mujeres aumenta las posibilidades de reproducción y la multiplicación de la especie.
• Capacidad de cooperación: hace posible abordar tareas que son inalcanzables para un individuo solo.
• Capacidad de comunicación: Usar sistemas simbólicos complejos y sobre todo el lenguaje permite una comunicación elaborada con otros humanos.
• Construcción de representaciones: Construcción de modelos precisos de la realidad, con representaciones cada vez más complejas ya sea mediante mitos o teorías filosóficas o científicas. El manejo del tiempo físico en el ser humano permite que la mente humana se desplace en él en un sentido y en el otro, y por ello nuestras construcciones mentales sobrepasan la realidad.
• Infancia prolongada: que va asociada con un período de inmadurez y plasticidad durante el cual las posibilidades de aprendizaje son grandes. A haber reducido la información transmitida en forma hereditaria, el hombre tiene que aprender casi todo, pero gracias a eso puede recorrer distintos caminos. Al nacer con disposiciones y no con comportamientos hechos la conducta humana es más plástica y adaptable a condiciones de vida muy cambiantes. La prolongación de la infancia es cada vez más acentuada, el hombre tarda mucho más tiempo en alcanzar conductas propias del adulto.
• Acumulación cultural: Gracias a los sistemas simbólicos, los hombres son capaces de acumular sus representaciones de la realidad, sus conocimientos y transmitirlos a otros individuos y las generaciones venideras.
• El cerebro: el cerebro del hombre es funcionalmente más elaborado que el de cualquier otro animal. Muchos de estos rasgos aparecen de alguna manera en otros animales, pero en su conjunto no se da en ninguna otra especie y sobre todo, no se dan con la magnitud que se dan en el hombre. Lo que compartimos con los animales es una forma de funcionamiento, pero no conductas determinadas o contenidos concretos.
El hombre tiene que adaptarse a su ambiente como se adaptan las demás especies y el desarrollo del psiquismo humano tiene que ser considerado como un aspecto más de la evolución y del proceso de adaptación. Sí el hombre ha sobrevivido como especie, es porque su capacidad de adaptación es buena. Esto quiere decir que lo que el hombre hace tiene que estar posibilitado por su naturaleza animal y que, aunque la cultura sea una gran adquisición del ser humano, la posibilidad de esa cultura tiene que estar en el ser animal del hombre. Durante la larga evolución de la especie, se han seleccionado conductas beneficiosas para la supervivencia, la capacidad de aprender y el gusto por hacerlo es una de ellas.
La capacidad de acumulación de los conocimientos que constituye la cultura permite aprender directa o indirectamente de lo logrado y descubierto por otros. La ciencia ha permitido comprender, controlar y transformar la realidad, ha simplificado la vida en muchos aspectos y nos ha hecho menos dependientes de sucesos externos. Sin embargo, la satisfacción de las necesidades básicas de alimentación, descanso y reproducción determina en enorme medida nuestros actos, mucho más de lo pensado.
A diferencia del animal, el hombre puede evocar los objetos ausentes alejados en el tiempo y en el espacio, por medio de la puesta en marcha de diversos sustitutos mentales. Se reemplaza la experimentación efectiva sobre los objetos por la experimentación verbal o mental sobre los signos.
Con respecto al lenguaje, en el lenguaje animal el aprendizaje se efectúa sin comprender la relación entre el estímulo y la respuesta de la forma que lo hace el humano, y por lo tanto es una forma de comunicación entre los de su misma especie, pero no implica comprensión.