La Región del Biobío ha sido considerada a los largo de toda la historia nacional como la segunda región más importante del país, después de la capital metropolitana. La región del Biobío ha sido cuna de grandes próceres nacionales, de grandes artistas y, al mismo tiempo, ha sido generadora y testigo de importantes etapas en la historia de nuestro país. Sin embargo, estos grandes aportes no se reflejan en su nivel de desarrollo, siempre postergado por múltiples factores, entre los más relevantes el centralismo que impera en Chile y que no permite que las regiones tomen sus propias decisiones, quedando siempre al arbitrio de la autoridades centrales, que durante mucho tiempo han pecado de ignorancia frente a la realidad local, tomando decisiones que no siempre favorecen el desarrollo.
La economía y el crecimiento económico no están exentos de esta problemática. La región arrastra problemas de cesantía y bajo crecimiento hace ya décadas, sin que nadie haya podido establecer un plan estratégico que cambie esta situación. El problema de la cesantía creció fuertemente con el cierre de las minas de carbón en Lota, dejando a gran parte de la provincia de Arauco sin su mayor sustento y condenando a ciudades completas (Lota, Coronel) a tener que buscar otra forma de ganarse la vida, dejando de lado el oficio y conocimiento que durante generaciones habían desarrollado. Por otra parte, está el caso de Talcahuano, también con altos índices de cesantía, que han llegado a ser los más altos a nivel nacional, superando a la histórica Lota.
Por su parte, el crecimiento económico ha sido esquivo hace ya bastante tiempo. Según un estudio de Jorge Marshall, ex ministro de economía, entre 1986 y 2008, la región creció a un 3,8%, mientras el país lo hizo a una tasa de 5,9%. En el mismo estudio se plantea que de haber alcanzado la tasa de crecimiento del país, durante ese período, la economía de la región sería un 58% más grande.
Durante mucho tiempo se han buscado medidas, ideas, planes estratégicos a corto, mediano y largo plazo, que permitan a la región del Biobío salir del estancamiento económico, sin que se llegue a soluciones concretas. Es por esto, que las medidas que se plantearán a continuación podrían ser un aporte. Ellas están basadas principalmente en cambiar un poco el sistema imperante, en dejar de potenciar lo que no ha dado resultado durante mucho tiempo y en buscar nuevas opciones de desarrollo, que permitan a su vez generar el empleo necesario.
En primer lugar, una opción sería desarrollar el potencial turístico de la provincia de Arauco. Esta provincia ya tiene su desarrollo forestal y pesquero desarrollado, con algunas problemáticas que se deben solucionar, por lo que no pasa por ahí el encontrar las soluciones a la cesantía. El turismo podría ser un gran motor del desarrollo de la provincia, dada su cantidad de playas, de atractivos de la época del auge carbonífero y paisajes naturales. Si bien las playas no son del todo atractivas por ser peligrosas, se podrían aprovechar para el auge que viven los deportes marítimos extremos, como el surf y el bodyboard. Además, se podrían potenciar los centros vacacionales, con cabañas, hoteles, actividades recreativas, entre otras. Aunque ha habido intentos de desarrollo en este sentido (como Lota Sorprendente, por ejemplo), estos han sido pobres y poco preparados, sobretodo pensando en que gran parte de este atractivo podría ser aprovechado por jóvenes.
La segunda medida tiene que ver con desarrollar el área de servicios y comercio. Concepción es la segunda ciudad del país y sin embargo durante más de una década ha convivido con el hecho de tener sólo un gran centro comercial. Si bien esto parece estar quedando atrás con la construcción de otro Mall Plaza y del Mall del centro, aún hay mucho que hacer en esta área. De la misma forma, es necesario, tanto como para Concepción como para el resto de las ciudades del país, que se promueva la descentralización. El gobierno debería tomar medidas que busquen potenciar la instalación de empresas en las regiones. Las grandes empresas se concentran en Santiago, dejando en las regiones sólo algunas sucursales menores. Por su parte, las PYMES exitosas también deben buscar emigrar de la región si es que, una vez que llegan a un buen nivel, quieren seguir desarrollándose. Para todo lo anterior, comercio, grandes empresas y PYMES, se podría plantear la opción de crear exenciones tributarias, por ejemplo, a las empresas que se establezcan en la región. También algún tipo de incentivo mayor por creación de empleo en zonas críticas. La región del Biobío tiene las características necesarias para poder ser un polo empresarial y de comercio, sin embargo, las políticas centralistas evitan que esto se lleve a cabo.
La última política que plantearía sería la opción de crear en Concepción un gran polo de innovación. Generar incentivos para que en la región se creen e interactúen las universidades, los centros de desarrollo tecnológico. Así, se generaría investigación que pueda ser un aporte al desarrollo del país. Si bien la Universidad de Concepción es un gran centro investigador en muchas áreas, esto podría potenciarse, invitando a establecerse a la región a la industria farmacéutica y sus investigaciones, a la investigación médica, a los innovadores forestales, a los estudiosos del medio ambiente y de las nuevas formas de generación de energía. Convertir a la región en un gran polo de investigación e innovación, lo que sin duda generaría grandes aportes al empleo y al desarrollo regional. Una especie de Sillicon Valley, donde se puedan potenciar mutuamente las empresas y donde se genere además una gran sinergia de conocimiento al mismo tiempo de una gran competencia por tener a los mejores talentos trabajando.
Como se puede observar, existen y han existido durante mucho tiempo una gran cantidad de medidas que podrían potenciar el crecimiento regional. Sin embargo, parece ser que falta voluntad para llevarlas a cabo. La creatividad está, las ganas también, pero faltan los incentivos que hagan de estas ideas oportunidades atractivas y rentables que logren sacar a la región del estancamiento.