Creer, saber, conocer
Por Luis Villoro

Introduccion del problema y el método.

Dos preguntas sobre el conocimiento

¿Que es conocimiento?
Es un proceso psíquico que acontece en la mente del hombre; es también un producto colectivo, social que comparten muchos individuos.

A la fisiología y a la psicología corresponde determinar los principios que expliquen el conjunto de elementos causales que originan el conocimiento.

A las ciencias sociales le interesa saber que funciones cumple el conocimiento en el mantenimiento o transformación de las estructuras sociales.

¿En qué condiciones algo puede calificarse de conocimiento?

Esto se responde con la filosofía, porque esta analiza, clarifica, y sistematiza conceptos, no descubre nuevos hechos ni propone leyes que expliquen su comportamiento.

La teoría del conocimiento ha sufrido una continua confusión debido al “psicologismo” y al “sociologismo”.

El psicologismo ha mezclado cuestiones filosóficas con explicaciones ingenuas de la adquisición del conocimiento lo que ha sido responsable del planteamiento de muchos falsos problemas filosóficos.

El sociologismo ha sido usado en autores contemporáneos, sin embargo el problema del condicionamiento social de las creencias no puede suplantar el de su justificación.

Sin embargo ambos se necesitan uno del otro, con la condición de que no se confundan y queden separados por sus preguntas y métodos propios.

El análisis filosófico requiere conocer las interpretaciones sobre el conocimiento a las que han llegado algunas ramas de la psicología y la sociología.

El análisis de Teetetes.

Si partimos de la situación actual del análisis del concepto de “conocimiento”, se traduciría en “saber”.

El análisis tradicional del saber, que se remonta hasta el Teetetes de Platon consiste en:

1. ¿Saber implica creer? en un primer sentido, “creer” es opuesto de “saber”. Saber algo por verdadero pero sin estar seguro de ello, ni contar con pruebas suficientes. “creer” es simplemente “tener un enunciado por verdadero”, aceptar la verdad y realidad de algo sin dar a entender que mis pruebas son o no suficientes.

Todo saber implica creencia, pero no toda creencia implica saber.

2. ¿Que es ese “algo más” que habría que añadir a una creencia para calificarla de “saber”? Lo que le falta a la creencia para ser un saber es que correspondiera a la realidad. Una creencia es verdadera silo si la proposición en que se expresa lo es.

3. Basta con eso? Si creo en algo y esto es cierto ¿no puedo decir en todos los casos que se? No en todos los casos. Podría resultar que se acertara en una afirmación sin tener conciencia del porqué del acierto. así que a las dos condiciones anteriores se le agrega: Tener razones suficientes que justifiquen la creencia.

“La creencia verdadera por razones es saber, la desprovista de razones esta fuera del saber” (Teetetes, 201cd).

Saber es entonces, creencia verdadera y justificada.

Un enfoque alternativo: el Menon.

El Teetetes trata el conocimiento como un acontecimiento puramente intelectual, desprendido de sus relaciones con la práctica.

“Desde el punto de vista de la practica correcta, la creencia verdadera no es peor guía que el conocimiento” (Menon, 97b)

La creencia correcta te puede llevar al mismo sitio que el conocimiento, sin embargo, puede que aciertes por azar a tu creencia.

“Por eso el conocimiento es más valioso que la creencia correcta, porque a diferencia de ella, el conocimiento es una atadura” (Menon, 98a)

Con esto Menon nos indica la propiedad que tiene el conocimiento de asegurar con firmeza el acierto de nuestras creencias.
La “atadura” de la que habla, sujeta nuestras creencias a la realidad: es el razonamiento.

El conocimiento a diferencia de la creencia, es una guía de la práctica, firmemente asegurada en razones. Conocer es pues poder orientar en forma acertada y segura la acción.

Teetetes intuye que el saber no es una creencia verdadera por fortuna, sino que debe tener razones que le aseguren alcanzar la realidad. El saber implica una justificación suficiente.

En el Menon, Sócrates parte de la intuición de que el conocimiento responde a la necesidad de orientar nuestra vida en el mundo, para que encadene nuestra acción a la realidad. Es la intuición de que el conocimiento implica una garantía de acierto en la acción.

Problemas planteados.

1. El saber se analiza como una especia de genero de creencia, pero ¿Qué es creencia? La creencia forma parte de una personalidad, enlazada con elementos psíquicos como motivos, propósitos, razones. Es indispensable precisar las relaciones entre esos conceptos.

2. ¿Qué es justificación]? ¿Cuándo son las razones suficientes para saber? ¿Qué relación hay entre la segunda condición (verdad) y la tercera (justificación)?. Muchos filósofos han puesto en duda que las tres condiciones basten para definir el saber, y han propuesto añadir condiciones suplementarias; pero el problema no ha recibido una solución definitiva.

3. La definición tradicional se aplica a un tipo específico de conocimiento: el que se expresa gramaticalmente con el verbo “saber” seguido de una oración en acusativo. Pero hay otras formas de conocimiento, como el “conocer”. ¿son esas formas reducibles a la primera?. Si no lo fuera, la definición de “saber” de Tetetes, solo se aplicaría a un tipo de conocimiento.

El enfoque de Menon en cambio, nos indica un camino para llegar a una definición mas amplia, que pueda aplicarse a varios tipos de conocimiento.

Sobre el método.

Podemos llamar “conceptos epistémicos” a una familia de nociones que se refieren a las actividades de conocimiento y sirven para describirlas.

Las formas de conocimiento son muchas, pero dos prejuicios tienden a restringir considerablemente su uso.

• El primero es el “prejuicio”: consiste en la tendencia a restringir la teoría del conocimiento al estudio de conceptos científicos.

Reducir el conocimiento valido al saber científico. El cual se levanta sobre la base de un conocimiento natural, previo a la ciencia.

La ciencia suele añadir precisión y control racionales a procedimientos cognoscitivos ya usadoa para resolver problemas de la vida cotidiana.

Frente al saber científico, la mayoría orienta su vida por otras formas de conocimiento como el sentido común, la moral y la religión.

• El segundo prejuicio tiende a reducir el conocimiento a una actividad teoría, desligada de la práctica.

¿Cómo lograr precisión y claridad en el análisis de los términos epistémicos}?
Una vía parece ser la formalización de las relaciones que guarden entre si en un sistema lógico.

Esta formalización debe partir de un supuesto semántico: las definiciones de los conceptos son previas a la formalización y no pueden provenir de ellas.

Según Jaakko Hintikka (1962), se toman las nociones de “saber”, “creencia”, “verdad”, “existencia”, “posibilidad”, etc., como conceptos previos a los que se les concede las relaciones determinadas por el análisis del “saber”.

El análisis filosófico le corresponde la clarificación, distinción y sistematización de estos términos, hasta llegar a un sistema ordenado de conceptos definidos con cierta precisión.

El análisis conceptual busca, una clarificación de los conceptos, para ello tiene que partir de los significado usuales de los términos, examinar sus distintos usos en diferentes situaciones, variarlas en ejemplificaciones sucesivas, hasta dar con un “núcleo” de significado que permanezca a traes de todas las variantes.

La clarificación conduce a una precisión del concepto y a una determinación de las notas esenciales del objeto.

El análisis no solo exige claridad en los conceptos, sino también distinción entre cada uno de ellos.

La sistematización de los conceptos epistémicos no puede ser cerrada: nos remite a los fines y a los valores del individuo y de la sociedad en que está inmerso.

La teoría del conocimiento no se entiende sin su relación con los fines del hombre en sociedad y, en último término, sin una ética.

El estudio desembocara así, en el esbozo de una ética de las creencias.