El Hogar sonado Ahora, la idea de vivir en el hogar perfecto golpea la mente de probablemente cada persona viviente. El pensamiento de tener una vida de los sueños seduce nuestras mentes y almas, mientras, que nos empuja cada vez más lejos de la realidad. Consecuentemente, nos encontramos atrapados en una tierra de fantasía, los sueños, tratando de visualizar lo que sería como vivir en "la casa perfecta". Sin embargo, en la actualidad, nuestras circunstancias a veces no nos dejan vivir nuestros sueños, y por esta razón es importante encontrar un equilibrio entre ambos la realidad y nuestros sueños en la búsqueda de la vida perfecta. Personalmente, yo también he caído en mis sueños de vivir en el hogar perfecto, pero inmediatamente me cierro de nuevo a la realidad. Yo voy a vivir lujosamente, al menos en mis sueños. En mi hogar perfecto, todo es magnífico. En primer lugar, voy a vivir en una hermosa comunidad, tal vez incluso con una vista al mar. Dentro de mi casa será como mirar a una de las siete maravillas del mundo. Siempre en cualquier esquina que gires será una sala amplia, llena de hermosos muebles. Planeo tener una gran cocina limpia. Dentro de la cocina habrá una estufa impresionante, un lavaplatos que puede lavar los platos rápidamente, y un horno de microondas que calentará la comida exactamente como la quiero. El comedor será lo suficientemente grande para acomodar a veinte. Luego, habrá una oficina silenciosa donde puedo cumplir mi trabajo. En la oficina habrá un archivo organizado y un estante de libros, así como un escritorio y una computadora. En todos los dormitorios, habrá una cama gigante, cómoda y lujosa y un amplio ropero. Por último, en mi hogar perfecto, habrá una mucama que complete ciertas cosas como barrer el suelo, cuidar a mis niños, limpiar los cristales, y lavar la ropa con la lavadora y secadora. Mientras está bien que sueñes, siempre hay que volver a la realidad de la vida. De acuerdo a la fuente impresa #1, titulada “La casa maya” de la Editorial Molinero, nos dice que: "Los mayas vivían en barrios apretados en las ciudades o en el campo, en comunidades muy unidas. La casa era de un solo cuarto que no era muy amplio y les servía a los mayas como lugar de dormir, comer, y enterrar a sus muertos." De esto, podemos ver que los mayas eran prácticos y no necesitaban casas encantadoras para sobrevivir. Los mayas eran realistas acerca de sus condiciones de vida, por ende, puede servir como un ejemplo perfecto de cómo no necesitamos lujosas casas para vivir. De igual manera, los cristianos construyeron sus edificios de manera conservadora y realista también. De acuerdo a la fuente impresa # 2, titulada "Los castillos", nos explica que: "Así, su construcción era práctica y no pretendía aspirar a nada decoroso ni a ningún interés estético." Esto nos muestra claramente, que al igual que los mayas, los cristianos vivían razonable, racional, y con sensatez. Por ende, mirando en la vida de estos dos grupos, que son capaces de ver que la realidad de la vida no es vivir suntuosamente o con ostentación, sino más bien para vivir feliz y cómodamente, con lo que las circunstancias uno puede soportar, ya se trate de los problemas sociales o económicos. No se puede soñar con una casa gloriosa cuando en realidad, su cheque de pago de McDonald’s sólo puede permitirse un apartamento de un dormitorio. Hay una pequena línea entre nuestros sueños y la realidad cuando se trata de buscar la casa perfecta. A veces, para ser verdaderamente feliz, tiene que haber una línea existente de simetría entre los dos. La fuente de audio titulada " La casa en Mango Street " de Sandra Cisneros dice que: " La casa en Mango Street es la nuestra, y nosotros no tenemos que pagar la renta a nadie, ni compartir el patio con la gente de abajo, o tener cuidado de no hacer demasiado ruido, y no hay un propietario a golpear el techo con una escoba.” Antes de la casa en Mango Street, la familia vivió horriblemente. Tenían que soportar tuberías rotas dentro de la casa y compartir un baño sucio con otras familias. Aunque la casa en Mango Street no fue tan espectacular e impresionante como esperaban, el narrador (Esperanza) dice que era de ellos. A pesar de que no era perfecto en los ojos de los demás, era perfecto a los ojos de las familias. Este es el tipo de equilibrio que tiene que existir. No, no era la casa que soñaban, pero comprometida e hizo su realidad una buena. Siempre Soñamos acerca de vivir en el hogar sonado de nuestros sueños y tener una vida perfecta, predecimos de lo que nuestras vidas serán como años en el futuro. Podemos soñar con la casa más elegante, pero tenemos que ser realistas con nosotros mismos. Inevitablemente, la realidad de nuestras circunstancias, ya sea ambiental o social, se imponen. Por esta razón, es importante encontrar un equilibrio entre ambos; la realidad y nuestros sueños en la búsqueda de la vida perfecta.