EL BUEN GOBIERNO CORPORATIVO
La forma en que una compañía es manejada o administrada en la actualidad, es un factor determinante para que el inversionista opte o no por inyectar su capital dentro de la misma. Este nuevo factor decisorio, es el causante de que muchos proyectos o ideas innovadoras que surgen del ámbito empresarial no lleguen a concretarse debido, principalmente, a la mala imagen que irradian los interesados por la falta de veracidad, transparencia y honestidad que existe al interior de sus organizaciones.
El buen gobierno corporativo no solo opaca estas falencias sino, abre las puertas a nuevas fuentes de financiación, reduce los riesgos en beneficio de los inversionistas, fomenta el crecimiento y fortalece a la empresa en el tiempo, promueve valores entre los empleados y hace de la compañía un lugar más atractivo para trabajar.
Estos antecedentes son los que derivan el concepto de Gobierno Corporativo, el mismo que es entendido como:
“El conjunto de prácticas que una empresa, pública o privada, cotizada o no, adopta, implementa y cumple, y que le permite articular de manera razonablemente eficiente el conjunto de intereses difusos y muchas veces contrapuestos que defienden las distintas partes interesadas en ella, constituye el medio más eficiente para que las empresas mejoren sus estándares de competitividad en un mercado cada vez más exigente y para que accedan de manera natural a los mercados de capitales en condiciones significativamente más convenientes” (Peña, 2011).

2.1. Importancia del buen gobierno corporativo
Según Clermont Muñoz Orellana en su ensayo Buen gobierno corporativo = competitividad, “la crisis de Wall Street en 1929, fue el primer aviso de la necesidad de transparentar y encontrar una manera de que los directivos respondan a los accionistas por sus prácticas de negocios”. Con el paso de los años, esta necesidad se convirtió en una realidad, pues la instauración de roles, procesos, manuales y normativas, enmarcadas dentro de los principios de buen gobierno corporativo, brindó una serie de ventajas a las corporaciones que las poseían, además garantizaban el beneficio y seguridad de los accionistas.
De su lado, y tras alguna de serie de escándalos surgidos a inicios de los noventa y principios de siglo, donde la falta de elementos de gobierno corporativo fue el detonante de los mismos, algunas naciones y organizaciones vieron la necesidad de adoptar códigos y principios que se ajusten a las condiciones de sus entornos; su instauración significó un gran avance en materia de prevención y protección hacia los share y stakeholders. Los que mayor resonancia e influencia tuvieron a nivel mundial, son los siguientes: * El Informe Cadbury desarrollado en 1992 por el Reino Unido, fue uno de los textos pioneros, a nivel europeo, en este se abordaron temas de interés social respecto a la transparencia, sistemas contables, información financiera y no financiera ante los socios, capitales inversores y la sociedad en general. * El Código de Olivencia elaborado por el gobierno español en 1998, “hace un estudio profundo en relación con la regulación de los consejos de administración de las sociedades cotizadas. En el 2003 fue fortalecido en los aspectos de transparencia y seguridad en los mercados en las sociedades cotizadas en bolsa, por el Informe Aldama”. (Moguel Liévano, 2008) * Los Principios para el Gobierno Corporativo publicados en 1999 y modificados en el 2004 por la OECD, “tienen la finalidad de mejorar los marcos legal, institucional y reglamentario aplicables al gobierno corporativo, con factores como la ética en los negocios y la conciencia de las empresas sobre los aspectos medioambientales y sociales de las comunidades, contexto económico donde las empresas desarrollan sus actividades”. (Moguel Liévano, 2008) * La Ley Sarbanes Oxley publicada en el 2002 por el gobierno estadounidense, fue creada con el objetivo de regular a las empresas que cotizan en bolsa, evitando cualquier intento de tergiversación en los precios de las acciones, fraudes y bancarrotas, protegiendo de esta forma los intereses de los inversionistas.
Estas publicaciones han sido el punto de partida y han servido como marco de referencia para que hoy, tras nueve décadas después desde que surgió el primer indicio que apuntalaba hacia la necesidad de adoptar un buen gobierno corporativo, este se convierta en un tema de interés para las organizaciones debido a los beneficios que su adopción conlleva; más aún, si tomamos en cuenta que la globalización le ha dado una nueva perspectiva al inversionista sobre cómo hacer negocios y capitalizar su dinero, centrando su atención en las corporaciones que garantizan transparencia, objetividad y equidad.
Entre los diversos beneficios que trae consigo la adopción de buenas prácticas de Gobierno Corporativo, destacan las siguientes: * Fomenta el crecimiento de las empresas y permite que estas trasciendan en el tiempo. * Protege los derechos de los accionistas y otros grupos de interés. * Proporciona transparencia en las operaciones, información oportuna, verídica y relevante. * Genera mayor valor para la empresa al lograr confianza de inversionistas. * Mejora la relación con las instituciones financieras y genera mejores términos y condiciones en cuanto a fuentes de financiamiento. * Proporciona una perspectiva amplia de la operación y desempeño del negocio. * A nivel del Consejo de Administración se logra alta visibilidad de los objetivos, estrategias y avances logrado por la organización. * Mejora el control interno y logra eficiencia en el sistema de administración.

2.2. Principios del Buen Gobierno Corporativo según la OECD
En su afán de fortalecer sus estructuras de gobierno corporativo, los países miembros de la OECD respaldados por sus ministros, solicitaron en el año de 1998 a la OECD la elaboración de normativas y lineamientos enmarcados dentro de esta temática.
En 1999, el grupo encargado por la OECD en el desarrollo de esta tarea, presentó una serie de principios que estaban sustentados en la experiencia de iniciativas nacionales de los países miembros así como, en trabajos anteriores de este organismo. Los mismos fueron aprobados y “desde entonces, se han convertido en referencia para responsables políticos, inversores, empresas y otras partes interesadas de todo el mundo, a tal punto que el Foro sobre Estabilidad Financiera ha calificado los Principios como una de las 12 normas fundamentales para garantizar unos sistemas financieros sanos” (Johnston, 2004).
Los principios promulgados por la OECD contemplan que en el marco del gobierno corporativo se debe: * Facilitar, resguardar y velar por los derechos de los accionistas. * Asegurar que exista un trato equitativo de los accionistas, incluidos los minoritarios y extranjeros. Asimismo, en caso de que se violenten sus derechos garantizar la existencia de un recurso efectivo. * Reconocer los derechos de los stakeholders o partes interesadas y, promover la cooperación activa entre estas y las sociedades, con el objetivo de crear riqueza, empleo y garantizar la sostenibilidad financiera de las empresas en el tiempo. * Transparentar y revelar oportunamente la información concerniente a la sociedad, incluida la situación financiera, los estados de resultados, la administración y gobernabilidad de la empresa. * Impulsar en los mercados la transparencia y eficacia, estar acorde al régimen legal y ser claros ante el reparto de responsabilidades entre las distintas autoridades supervisoras, reguladoras y ejecutoras. * Garantizar la orientación estratégica de la empresa, el control efectivo de la dirección ejecutiva por parte del Consejo y la responsabilidad de éste frente a la empresa y los accionistas.
Las bases para el desarrollo de un régimen enmarcado dentro de las normas de un buen gobierno corporativo, se vieron respaldadas con la creación de estos principios, los mismos que dada su naturaleza y aplicación, se convirtieron en punto de partida en la evaluación y mejora de sistemas, leyes y procesos para las organizaciones, tanto en el ámbito público, como en el privado.
Es importante acotar que estos principios tienen un carácter no-vinculante y evolutivo. En primer lugar, al hablar de carácter no-vinculante se refiere a que evitan a toda costa, el imponer prácticas en las legislaciones nacionales. Más bien, lo que persiguen es identificar oportunidades u objetivos y proponer medios para alcanzarlos.
De su parte, la naturaleza evolutiva se refiere a la adaptación y evolución que deben tener los principios conforme se produzcan cambios significativos en el entorno que se desarrollan; por esta razón, es importante revisar cada cierto período de tiempo si las prácticas de gobierno corporativo se adaptan a las circunstancias de dicho momento y, en caso de no hacerlo buscar nuevas alternativas que permitan a la organización atender nuevas demandas y aprovechar nuevas oportunidades.
Dependerá de cada organismo, entidad o nación, determinar el coste – beneficio y, el grado y marco de aplicación que conllevará la instauración de estos principios al interior de sus organizaciones.

2.3. Temas claves que aborda el Gobierno Corporativo
El gobierno corporativo está conformado por una serie de elementos básicos, sin los cuales no podría ser entendido como tal, mismos que se describen a continuación: I. Asamblea de accionistas: es el organismo principal dentro de la compañía y por tal razón, el primero que debería ser normado y protegido bajo estándares de buen gobierno, con la finalidad de resguardar su capital y respetar sus derechos entre los que se encuentran: derecho y acceso a la información, convocatoria adecuada, participación y derecho a ejercer el voto en las Asambleas, protección de los derechos de los minoritarios, “derecho a solicitar auditorías, oficina para los asociados e inversionistas, y acciones judiciales contra la sociedad o el administrador; todos los cuales se otorgan en la mayoría de países latinoamericanos” (Federación Latinoamericana de Bancos, 2007).

II. Junta Directiva: es el eje principal del gobierno corporativo, ya que sobre esta recaen gran parte de los principios que lo norman; en este sentido el actuar de la misma tiene que estar ligado con la honestidad y transparencia, procurando el bienestar y progreso de los grupos de interés, mismos que esperan una retribución patrimonial a cambio de la confianza que le han depositado.
La objetividad y autonomía a la hora de tomar decisiones, por parte de la Junta marcará una gran diferencia entre un buen y un mal gobierno corporativo.

III. Ejecutivos principales: sus actividades giran en torno a la administración y gestión del negocio. Es designado por la Junta Directiva, razón por la cual debe responder ante los intereses de la misma, a más de la de los propietarios y hacer frente a la comunidad en general. El buen gobierno corporativo regula aspectos tales como: “competencias, sistemas de contratación, conflicto de intereses, calidades, responsabilidad frente a los diferentes actores, reportes de información, período, remuneración, sucesión de su cargo (identificación y preparación), evaluación de su desempeño; entre otros, todos ellos relacionados con la transparencia de su gestión como ejecutores de las políticas emanadas de la Asamblea y el Directorio” (Federación Latinoamericana de Bancos, 2007).

IV. Auditoría Interna: la existencia y funcionamiento de un comité de auditoría al interior de una organización, es sinónimo de buen gobierno corporativo. Su efectividad, transparencia e independencia de actuación, son factores determinantes a la hora de generar confianza alrededor de todas aquellas partes que de una u otra forma están involucradas con el actuar de la compañía; por esta razón, es importante que los miembros que conforman estos comités posean aptitudes, conocimientos, habilidades y experiencia, así como cualidades personales particulares. V. Riesgos: Se refiere al control que debe existir por parte de la organización para prever los mismos. Es por ello que como parte integral de las prácticas de buen gobierno corporativo, cada compañía debería adoptar dentro de sus estándares y cultura organizacional, un sistema y políticas que evalúen y gestionen riesgos.

VI. Equipo de trabajo: El capital humano es el motor principal de cualquier organización, razón por la cual muchas de las políticas que norman estos organismos están enfocadas a velar por su bienestar. El gobierno corporativo no difiere de este ideal, pues además de enfatizar en la protección del talento humano, promueve el desarrollo de aptitudes y competencias y, rige ámbitos de la relación laboral tales como: selección, vinculación, remuneración, capacitación, desarrollo y evaluación de desempeño.

VII. Conflictos de interés: Es uno de los temas más controversiales y de mayor preocupación en el gobierno corporativo, puesto que se pone en evidencia la diferencia de intereses que existe entre accionistas, administradores y stakeholders en general; razón por la cual, la implantación de mecanismos y sistemas ágiles, económicos y especializados que estén alineados a los códigos de ética empresariales en la prevención, manejo y disminución de la divulgación de conflictos, se hace imperativo.

VIII. Responsabilidad social: Implica hacer frente y asumir con responsabilidad las consecuencias de las actividades empresariales frente a los clientes, accionistas, empleados, comunidades, medio ambiente, entre otros. La buena relación que se genere entre las partes ayudará a mantener la confianza, lo cual se traduce en mayores réditos y valor para la empresa.

IX. Comunicación e información – transparencia: Uno de los aspectos que mayor valor proporciona al accionar de una organización radica en la información que se proporciona a sus grupos de interés; de esta forma, si la transparencia y accesibilidad caracterizan a la misma, menor incertidumbre existirá respecto a la compañía y su quehacer.

2.4. El Gobierno Corporativo en Latinoamérica
Es imposible hablar de gobierno corporativo sin mencionar los factores que han obligado y, en cierta forma, motivado su desarrollo; en este sentido en América Latina los problemas generados por la falta de confianza - adicional a los ya conocidos y predominantes en la región como el alto riesgo país, la corrupción, el tráfico de influencias, la inestabilidad, la concentración de poder, entre otros - han obligado la adopción y adaptación de prácticas de buen gobierno en las entidades, con la finalidad de brindar seguridad y proteger los intereses de sus share y stakeholders.
Bajo este precedente, los países latinoamericanos han aunado objetivos comunes con el propósito de “desarrollar políticas concretas para mejorar el gobierno corporativo y de esta forma fortalecer el mercado de capitales e incrementar el bienestar social. Una muestra de ello es la realización del Foro Mesa Redonda Latinoamericana” (Pacific Credit Rating, 2009).
Surgida en el año 2000 con el respaldo del Banco Mundial y la OECD y tomando como referencia inicial para enmarcar sus debates, los Principios de esta última, la mesa redonda de gobierno corporativo ha permitido a los países latinoamericanos conocer más a fondo y tomar mayor conciencia sobre la importancia de esta temática, al mismo tiempo que ha promulgado el desarrollo en temas prioritarios como: * Fortalecer el impacto de los inversionistas institucionales en gobierno corporativo; * Mejorar la efectividad de las Juntas Directivas; * Fortalecer el cumplimiento (enforcement) de normas; * Desarrollar códigos de gobierno corporativo; y * Promover la implementación de buenas prácticas, a través de su apoyo a los institutos locales de gobierno corporativo.
De su parte, como complemento y soporte de las actividades realizadas en las mesas redondas, la labor emprendida por algunas bolsas de valores latinoamericanas también ha significado un hecho trascendental en los cambios realizados en gobierno corporativo y en el desarrollo del mercado de capitales en la región. Entre estas, es importante destacar las actividades que realizan la “Bolsa de Valores de Lima con el Índice de Buen Gobierno Corporativo (Perú), la Sociedad Anónima Promotora de Inversión Bursátil (México), el Mercado Alternativo Para Acciones (Costa Rica) y el Novo Mercado, Bovespa Mais, Bovespa Índice de Sustentabilidad Empresarial (Brasil)”. (Pacific Credit Rating, 2009)
Los beneficios que ha acarreado la realización de mesas redondas, en conjunto con el cambio emprendido por algunas de las bolsas de valores latinoamericanas, han permitido que el gobierno corporativo, especialmente durante esta última década, deje de ser un fenómeno nuevo en la región y sea reconocido y utilizado ampliamente.

2.4.1. La mesa redonda
La mesa redonda fue la detonante y protagonista de una serie de reformas en materia de gobierno corporativo en la región. Como se mencionó anteriormente, tuvo su inicio en el año 2000 en Sao Paulo, Brasil y desde entonces sus reuniones se han llevado a cabo anualmente en distintas urbes de los países cuyos capitales son considerados los más activos de Latinoamérica, entre los que se encuentran: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Perú.
A lo largo de estos doce años, han sido diversos los actores e integrantes que han formado parte activa de los foros que las mesas redondas han instaurado; provenientes tanto de países miembros de la OECD como de países latinoamericanos y europeos, han aportado su experiencia y liderazgo en la confrontación de desafíos locales que implican la aplicación de prácticas de gobierno corporativo. Entre estos destacan: líderes corporativos, inversionistas, creadores de políticas, organizaciones no gubernamentales, entre otros.
Cuadro 2.
Porcentaje de participación de los países latinoamericanos en las mesas redondas del 2008 al 2010

Fuente: Elaboración propia

Las mesas redondas han basado su accionar en el desarrollo y complemento del White Paper o Papel Blanco, en el cual se resume los objetivos comunes de política y prioridades de reforma latinoamericanas en temas de gobierno corporativo. Este “fue desarrollado a través de un proceso de inclusión, tratando de considerar a todos los grupos con un interés y experiencia en gobierno corporativo. Su contenido fue discutido durante cada una de las reuniones de las Mesas Redondas de Sao Paulo, en abril de 2000; Buenos Aires, en marzo de 2001; Ciudad de México, en abril de 2002 y en Santiago, en mayo de 2003 y, los participantes fueron invitados a presentar sus comentarios durante los períodos existentes entre las diversas reuniones” (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, 2004).
Las falencias o prioridades encontradas en el White Paper han sido motivo de debate y han servido como referentes en todas las Mesas Redondas que se han realizado hasta la actualidad. Incluso, las conclusiones que emergieron del Papel Blanco para América Latina, constituyeron un aporte a la revisión en el 2004 de los Principios de Gobierno Corporativo de la OECD.
Los diversos temas que fueron abordados en estos doce años, desde que se instauró la Mesa Redonda Latinoamericana, se resumen en el siguiente cuadro:

Cuadro 3.
Temática tratada en las Mesas Redondas desde su inicio

Fuente: Elaboración propia
A raíz de la instauración de la Mesa Redonda, varios países latinoamericanos experimentaron reformas en temas de gobierno corporativo. Esto no quiere decir que la Mesa Redonda fue la detonante de las mismas, sino más bien fue la responsable de que muchos de los actores que formaron parte activa de los foros, fueran los mentalizadores y patrocinadores del cambio en la región. Asimismo, y como hace referencia la publicación de la OECD, “Mesa Redonda Latinoamericana de Gobierno Corporativo: Capitalizando sobre una década de progreso”, las Mesas Redondas han servido de plataforma a una variedad de iniciativas relacionadas, entre las que se destacan: * En el 2005 el “Círculo de Empresas de la Mesa Redonda”, incentivaron la adaptación de mejores prácticas de gobierno corporativo; * Una red regional de institutos de gobierno corporativo, que han sesionado en varias ocasiones, posterior a las Mesas Redondas y que, recientemente, con el apoyo del Foro Global de Gobierno Corporativo (GCGF por sus siglas en inglés), se ha constituido como una red independiente; y * “Grupos de trabajo que tratan temas de aplicación y cumplimiento (enforcement) de las regulaciones sobre gobierno corporativo (2004, 20090 y 2010), el rol de los inversionistas institucionales (2007-2010), y análisis o encuestas sobre el progreso de cada país en materia de gobierno corporativo (2005, 2006, 2009).” (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, 2010, pág. 4)

2.4.2. Lineamientos del Código Andino de Gobierno Corporativo
Basando su realización en los principios establecidos en el White Paper, elaborado por el Foro Global de Gobierno Corporativo (GFCG por sus siglas en inglés), la Corporación Andina de Fomento (de aquí en adelante CAF) decidió elaborar una serie de lineamientos para un Código Andino de Gobierno Corporativo, que se ajusten a las necesidades latentes de los países de la Región Andina. En este sentido, realizó una investigación a fondo de la situación económica y jurídica de las empresas en los países de dicha región, cimentando su estudio en publicaciones y experiencias internacionales como las surgidas a raíz del “Informe del Grupo Winter, el Combined Code británico, el Informe de la Comisión Aldama español, y otros informes, códigos posteriores y leyes recientemente aprobadas en algunos países, así como, en el ámbito norteamericano, la Sarbanes-Oxley Act de 2002.
Asimismo, a nivel regional y, para ser más precisos dentro de los países de la CAN, fueron motivo de análisis varias iniciativas legislativas entre las que destacan los Principios y marco de referencia para la elaboración de un Código de Buen Gobierno Corporativo, elaborado por CONFECAMARAS - CIPE, en Colombia, en agosto de 2002; y los Principios de Buen Gobierno para las Sociedades Peruanas, publicado por la CONASEV en julio de 2002.
El objetivo de la CAF al publicar este documento, fue el establecer un conjunto de normas que apoyen la creación de una verdadera cultura de gobierno corporativo en la región, y de esta forma contribuir a “una gestión empresarial más transparente, eficiente y honesta, con un buen manejo del riesgo y más competitiva al servir de referencia para una buena parte de las inversiones éticas”. (Flores Konja & Rozas Flores, 2008)
Los lineamientos que componen el documento son 51 en total y están agrupados en cinco importantes áreas que se enumeran a continuación: I. Derechos y trato equitativo de los accionistas (6 lineamientos) II. La asamblea general de accionistas (12 lineamientos) III. El directorio (24 lineamientos) IV. Información financiera y no financiera (8 lineamientos) V. Resolución de controversias (1 lineamiento)

2.4.3. Gobierno Corporativo en Colombia
Los primeros indicios en materia de gobierno corporativo, en el país del norte, fueron abordados inconscientemente con el Código de Comercio y la Ley 222 de 1995 que modificaba el mismo; ambas aproximaciones abordaron temas como protección de los accionistas y los deberes y responsabilidades de los administradores en la compañía, sin embargo fueron tratados más desde una óptica societaria antes que la perspectiva de participación en los mercados de capitales.
Posteriormente, en el año 2001, con la expedición de la Resolución 275 se introduce por primera vez el concepto de Gobierno Corporativo en la legislación colombiana, puesto que como requisito indispensable, se obligó la adopción de un Código de Buen Gobierno Corporativo a los emisores que quisieran tener como inversionistas a los Fondos de Pensiones y Cesantías.
La etapa que se había iniciado en el 2001, y que marcó una tendencia en el actuar de las compañías en materia de gobierno corporativo, conjuntamente a los esfuerzos de CONFECAMARAS en la promulgación y difusión del Programa de Buen Gobierno que desarrollaba, crearon el ambiente propicio para que en la Ley de Mercado de Valores, emitida en el 2005, se incluyeran aspectos de gobierno corporativo relativos a las Juntas Directivas, con el propósito de proteger los intereses de los inversionistas.
Con los objetivos de estandarizar las prácticas de gobierno corporativo en Colombia y de esta forma eliminar cualquier asimetría que pudiese existir entre los diferentes emisores de valores, en el año 2007, por iniciativa de la Superintendencia Financiera y, con la participación de ciertos organismos colombianos entre los que se encontraban CONFECAMARAS y la Bolsa de Valores de dicho país, se originó un comité para la elaboración de un código de mejores prácticas, se lo denominó “Código País”. El mismo está dividido en cuatro capítulos en los que se tratan temas relacionados a las mejores prácticas en la asamblea de accionistas y juntas directivas, revelación de información y resolución de conflictos.
Una de las principales características de este Código, radica en la voluntad por parte de los emisores de valores, para adoptar o no las medidas que el mismo propone; no obstante, pese a la facultad que tiene de acatarlas o no, estos tienen que remitir, al menos una vez por año, la encuesta de Mejores Prácticas Corporativas que el Código contiene, y que tiene por objeto proporcionar una idea del alcance y aplicación del Código de Mejores Prácticas Corporativas en el mundo real.
Ante los diversos cambios de índole económica, legal y social, que se suscitan periódicamente, el Código antes descrito, es revisado anualmente.
Adicional al Código País, CONFECAMARAS junto a la Bolsa de Valores de Colombia, la Cámara de Comercio, la Asociación Nacional de Fondos de Pensiones, entre otras entidades de dicho país, fueron los artífices en el año 2002 de un Código Marco de Buen Gobierno Corporativo para sociedades cerradas PYMES.
Este manual se convirtió en marco de referencia para que el actuar de administradores y empleados, se caracterice por la “transparencia, imparcialidad, cuidado y diligencia, la rendición de cuentas, el trato equitativo de los asociados y la responsabilidad de las pequeñas y medianas empresas frente a sus grupos de interés” (Forero, Núñez, Nieto, & De La Rosa, 2009).
Todos los esfuerzos y el trabajo de CONFECAMARAS, entidad pionera en Colombia en temas de buen gobierno corporativo, sin desmerecer por su puesto la labor mancomunada y apoyo de diferentes entidades colombianas y extranjeras, ha tenido un único objeto el cual está enfocado en reducir la brecha existente y afrontar con éxito los retos propios de la economía globalizada y de esta forma establecer una cultura empresarial competitiva y atractiva para la inversión extranjera.

2.4.4. Gobierno Corporativo en Ecuador
La Bolsa de Valores Quito (BVQ) en el año 2003 adoptó, como parte de su planeación estratégica, prácticas de buen gobierno corporativo al interior de su estructura. Este fue el primer paso, para que a la postre se convierta en el ente difusor, de este tipo de prácticas a nivel nacional.
Posteriormente, en el año 2004, se conformó el Comité Ejecutivo Nacional de Buen Gobierno Corporativo que estaba integrado por algunas de las más importantes entidades públicas a nivel nacional, entre las que destacaban la Superintendencia de Compañías, la Superintendencia de Bancos y Seguros, las Bolsas de Valores de Quito y Guayaquil, varios centros de educación superior, medios de comunicación y empresas consultoras. Este comité designó a la BVQ como secretaría técnica, y en julio del 2005 aprobó y adoptó como Código País a los lineamientos del Código Andino de Gobierno Corporativo.
Bajo este contexto, en el segundo semestre del año 2006, la BVQ suscribió un acuerdo de cooperación técnica con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) el cual buscaba fomentar la oferta y demanda de buenas prácticas de gobierno en el país, en este sentido, las actividades emprendidas se centraron en: la formación de empresas profesionales en el ámbito de la consultoría, la formación de académicos para universidades, el desarrollo de una metodología que permita evaluar cómo se encuentran empresarios y ejecutivos en temas de gobierno corporativo y, en el desarrollo de casos de estudio que involucren la aplicación de estas prácticas. Los resultados obtenidos fueron los siguientes: * Se firmó acuerdos con algunas universidades y 45 de sus docentes fueron capacitados; * 25 firmas consultoras fueron capacitadas, de las cuales se seleccionó a 14 que suscribieron un convenio para realizar consultorías de diagnóstico e implementación en empresas ecuatorianas; * Se capacitó a 30 consultores en técnicas de ventas; * 51 empresas optaron por contratar consultorías de diagnóstico y 42 por implementar buenas prácticas de gobierno corporativo; * Se desarrolló 4 casos de estudio de empresas ecuatorianas.
Adicional, a lo antes citado se emprendieron campañas de comunicación y difusión del programa y sus resultados a través de medios televisivos, radiales y boletines; se realizaron encuestas en las principales ciudades del país a presidentes y gerentes de las empresas más representativas a nivel nacional, para medir su conocimiento en temas de gobierno corporativo; se efectuaron conferencias y talleres y se creó una página web de gobierno corporativo en el Ecuador.
“En el ámbito financiero existen unas muy contadas disposiciones que se refieren de manera explícita al buen gobierno corporativo y otras que pretenden la aplicación de algunos de los principios que lo promueven” (Torres, 2012).
En el país, la temática relacionada a las buenas prácticas de gobierno corporativo está en pleno auge; sin embargo, aspectos como la globalización o, situaciones como la de Enron en Estados Unidos o la misma crisis financiera de 1999 en Ecuador, que derivaron en profundas crisis en las economías de dichos países por la falta de controles, han hecho que el gobierno corporativo empiece a cobrar importancia, por los beneficios que su adopción conlleva.
Si tomamos en cuenta la publicación Memorias del Programa de Buen Gobierno Corporativo emitido por la BVQ en el 2011, en el cual se expone que apenas el 15% de las empresas ecuatorianas llegan a tercera generación (Gráfico 1), y que el 80% de las razones por las cuales las empresas se extinguen, no se debe a un problema del negocio en sí; sino más bien a la falta de reglas sobre la sucesión y problemas en la gobernanza, la adopción de parámetros de gobierno corporativo y la participación de los entes de control en su exigibilidad y regulación, se hace imperativo.

Gráfico 1: Estructura de propiedad de la empresa familiar cerrada

Fuente: Memorias del Programa de Buen Gobierno Corporativo - BVQ

2.1.5. El Buen Gobierno Corporativo en empresas del sector público
A pesar que la empresa privada, hoy en día, predomina en cualquier ámbito, la economía en general y porvenir de una sociedad, están en gran parte ligados a las actividades que desempeñan las entidades públicas, pues las mismas se han convertido en el motor de cualquier Estado y, el progreso del mismo, depende íntegramente del buen o mal actuar de estas; en este sentido, un complemento al factor político en la administración, sería las prácticas de buen gobierno corporativo que se podría implementar en las mismas.
La OECD en el año 2005, como complemento a los principios de Buen Gobierno Corporativo emitidos en el 2004 y con el afán de brindar apoyo a los regímenes en sus prácticas de buen gobierno, publicó los “Lineamientos de Gobierno Corporativo para empresas de propiedad del Estado”; la intención fue “asegurar que las empresas estatales cuenten con un campo de acción a través de una clara separación del Estado como propietario y del papel de entidad reguladora, así como permitir una mayor flexibilidad en las estructuras de capital, y reducir la interferencia política dentro de la administración de las entidades oficiales, mediante la nominación de consejeros, de forma transparente basada en competencias y habilidades” (Guerrero, 2011).
En uno de sus boletines en el verano de 2010, Deloitte menciona, que las principales recomendaciones de los lineamientos antes descritos son las siguientes: I. Separación clara del papel del Estado como propietario y su papel como regulador. II. Mayor flexibilidad en las estructuras de capital. III. Centralización de las responsabilidades y facultades de terceros interesados en la administración estatal para facilitar la rendición de cuentas. IV. Reducción de la intervención diaria de las empresas. V. Adopción de un proceso transparente de nominación del Consejo de Administración basado en competencias y habilidades.
Para mejorar la transparencia indica: I. Fortalecer el control interno. II. Llevar a cabo auditorías externas independientes basadas en estándares internacionales. III. Proporcionar informes globales de los resultados de desempeño.
Finalmente, en cuanto a la delegación de autoridad en los Consejos de Administración sugiere: I. Clarificar los mandatos del Consejo de Administración y respetar su independencia. II. Otorgar la facultad al Consejo de Administración para la designación del Director General. VI. Monitorear y evaluar el desempeño del Consejo de Administración.
Implementar un modelo de gobierno corporativo en las instituciones del sector público, a más de crear valor en términos de confianza, credibilidad y transparencia, implica un completo recambio en la cúpula administrativa, pues su función ya no se enfocará en la parte operativa, sino más bien en la estratégica. Por otra parte, se debe tomar en consideración que las empresas estatales se deben a los ciudadanos y, bajo esta premisa, todas las acciones y normas de buen gobierno que se decidan emprender, tienen que estar ligadas a los intereses de estos.
La maleabilidad del gobierno corporativo se ve reflejado al adaptar y, por otra parte proponer, parámetros que se ajusten a las necesidades de las empresas estatales, pese haber sido creado con la intención de atender ciertas dificultades en el sector privado; es por ello que, tomando como referencia los resultados positivos que ha generado en empresas privadas, su correcta aplicación hará lo mismo con empresas del sector público, garantizando su permanencia, eficacia, legalidad, transparencia y correcto funcionamiento en aras del interés público.

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[ 1 ]. La Confederación Colombiana de Cámaras de Comercio, es una entidad privada, sin ánimo de lucro, que agremia y representa a 57 entidades del sector que existen en Colombia y se enfoca en propiciar la competitividad y el desarrollo regional a través del fortalecimiento de las Cámaras de Comercio como instituciones y la representación proactiva de la Red ante el Estado para promover la competitividad de las regiones colombianos, en temas de formalización, emprendimiento e innovación empresarial.
[ 2 ]. A. En el Reglamento de Reestructuración de Créditos del Sector Productivo con las Instituciones Financieras (2001); B. En la Codificación de las Resoluciones de la Superintendencia de Bancos y Seguros y de la Junta Bancaria (1998), referentes a: a) Las Normas para la calificación de las firmas calificadoras de riesgo de las Instituciones del Sistema Financiero; b) Las Normas Generales para la aplicación de la Ley de Seguridad Social referentes a las Inversiones en títulos de renta variable; y, c) Las Normas de Supervisión y Control del ISSFA, ISSPOL y del Servicio de Cesantía de la Policía Nacional, que tiene una Sección relativa al Gobierno Corporativo; y, C. En Los Principios Básicos para una Supervisión Bancaria Efectiva (Comité de Basilea).