LAS CIENCIAS A TRAVES DE LOS SENTIDOS

Sofía navegó de la mano de un filósofo misterioso a través de los mares del conocimiento y de las distintas corrientes filosóficas. Es así como percibió la evolución de la filosofía desde la época de los griegos como Platón, hasta las actuales corrientes filosóficas, como las expuestas por Kant y Sartre.

Todo esto lo realizó en búsqueda de un conocimiento de sí misma, queriendo realmente encontrar la esencia del ser humano como tal. Pero, ¿es realmente la ciencia quien nos ayuda a encontrarnos a nosotros mismos? ¿Existe alguna forma de entender la ciencia sin necesidad de recurrir a los órganos de los sentidos? ¿Por qué el proceso cognitivo se apoya en la experiencia y el conocimiento adquirido a través de terceros?

La evolución de las diferentes ramas de las ciencias ha estado soportada durante muchos años al conocimiento obtenido por medio de los sentidos. Así todos comprendemos nuestro entorno mediante la elaboración de mecanismos complejos de percepción que nos permiten hacernos a una mapa mental sobre cómo está conformado nuestro mundo. Por esto, sabemos de olores, colores, sabores, texturas, sonido. Pero a veces debemos preguntarnos si realmente lo que vemos, olemos, sentimos, oímos, saboreamos corresponde con lo que los otros seres humanos pueden percibir. Es así como el método científico debe recurrir a uno de los mecanismos más utilizado, sin dejar de ser complejo, el cual no es otro que la comparación.

Por esta razón, los conocimientos adquiridos a través de la experiencia científica, los cuales se convierten en conocimiento transmitido a otros seres humanos, deben ser comparados y analizados desde distintos puntos de vista, tratando de encontrar ese enfoque universal que lo hace válido ante los demás y que permite ser convertido en conocimiento aplicado. Cabe sin embargo anotar, que aun así siempre existirá un margen de error, que aunque ligero, no dejaría de ser error.

Dentro de este conocimiento aplicado, podemos nombrar a un científico en especial, colombiano, que ha dedicado sus estudios al entendimiento de los distintos procesos que permitan sintetizar medicinas y vacunas para diferentes enfermedades tropicales, el doctor Manuel Elkin Patarroyo, quien ha dedicado grandes esfuerzos a sintetizar la vacuna contra la malaria. Este científico colombiano es un digno exponente de la aplicación práctica del conocimiento teórico, y la firme demostración que a pesar de que el conocimiento parte de la premisa de ser aprobado por los pares de quienes lo promulgan, no se debe desfallecer en el duro método de intento y error, hasta encontrar la verdadera fórmula del conocimiento comparado que satisfaga con resultados aplicables, más que teóricos.

Es así como la ciencia, más allá de los libros, más allá de las investigaciones e inclusive de la crítica externa, debe desarrollarse en torno a una aplicabilidad que permita resultados que realmente cambien el transcurso de la historia y que sinceramente mejoren la calidad de vida del ser humano desde el punto de vista físico y mental.