Introducción
El ser humano desde siempre, ha sentido la necesidad de preguntarse acerca de su creación, de su muerte de su vida y cómo afectan en ella las decisiones que a diario se toman. Desde pequeños nos enseñan en el colegio la palabra de Dios y de lo que él considera correcto sin embargo, a medida que vamos creciendo, tenemos la facultad para decidir qué tomamos y qué dejamos de estas enseñanzas.
¿Por qué cada uno toma caminos distintos si partimos con la misma base? Esto es bastante simple, porque a lo largo de nuestras vidas vamos pasando por distintas etapas y distintas circunstancias que nos hacen o alejarnos o apegarnos a todo lo que desde pequeños nos han enseñado, ya sea en el colegio o en nuestra casa.
La moral que cada uno lleva consigo, es lo que nos hace decidir cómo enfrentarnos a determinadas situaciones, esta moral siempre debe tener un enfoque. Hay distintas morales, con distintos enfoques: morales budistas, judías, agnósticas, evangélicas, etc. Hoy me enfocaré en la moral con un enfoque cristiano, en su definición y sus implicaciones, sus componentes y sus bases, pero: ¿Qué es moral? ¿Cómo repercute en nuestras vidas? ¿Qué significa seguir una moral cristiana? ¿De dónde viene esta moral?.

¿Qué es la moral?
La moral o moralidad, del latín mores, que significa ‘costumbre’, es el conjunto de reglas o normas por las cuales se rige el comportamiento del ser humano en relación a la sociedad, a sí mismo o a todo lo que lo rodea; son las decisiones que tomamos sobre nuestro actuar de acuerdo a nuestro deber-ser.
El deber-ser en algo abstracto, personal, relacionado con el proyecto de vida. En mi caso personal, mi deber-ser profesional como futura traductora es traducir fielmente los distintos escritos para evitar posibles accidentes debido a la mala interpretación.
El hombre no puede evitar actuar moralmente, puesto que todas sus decisiones son seleccionadas de acuerdo a juicios de valor emitidos por él mismo. Tampoco puede evitar ser ético por su misma naturaleza a la que tiene que dar inevitablemente una orientación en función del sentido que quiera darle a su existencia.
Para algunas personas, el fundamento último de la moral está en la existencia de valores pre-establecidos; normas objetivas como las leyes: Es ilícito matar o fumar en espacios públicos cerrados. Para otras personas, el fundamento último de la moral es el fruto del razonamiento que señala el modo de conducta práctico. En ambos casos los valores son objetivos puestos que están fuera del hombre
La moral es el estilo de vida que cada uno elige en coherencia con su propio proyecto (deber-ser); la moral se impone como exigencia en nuestras propias estructuras antropológicas, de aquí desprendemos el siguiente razonamiento: “Si quiero ser x primero debo ser y”. Por lo tanto, podemos decir que la moral es un elemento indispensable en la vida de los hombres puesto que de ella depende la supervivencia del género humano.
La norma moral es distinta a las normas físicas, químicas o biológicas porque mientras que éstas se cumplen por naturaleza, la mora debe ser descubierta por la inteligencia del hombre y debe ser asumida en libertad. La moral debe se debe aprender, es un proceso evolutivo con avances y retrocesos y también con adaptaciones a las nuevas y distintas circunstancias que el ser humano experimenta a lo largo de su vida.
Aquí entramos a una discusión, puesto que lo que es moral para alguien, para mí por ejemplo, para otra persona podría ser perfectamente algo inmoral; no porque la ley diga que algo es correcto es necesariamente moral. La moral no puede basarse en consensos sociales (como leyes), debe basarse en algo mucho más profundo, más que un simple consenso. Conducta Moral
El hombre puede realizar dos tipos de actos: un acto humano o un acto del hombre. Este último, los actos del hombre, son todos aquellos actos que no dependen de la conciencia, no desprenden un procesamiento mayor en el cerebro, por ejemplo el respirar, el caminar, entre otros. Por otro lado, los actos humanos dependen totalmente de la conciencia, de las decisiones tomadas, por ejemplo el proceso de aprendizaje de la escritura. Sin embargo cualquier acto humano puede transformarse en un acto del hombre, por ejemplo escribir: durante el proceso de aprendizaje el niño es consciente que está escribiendo, que debe hacer un trazo redondo para hacer la letra “o”, al pasar los años el niño ya no piensa qué es lo que tiene que hacer ni como lo tiene que hacer para escribir los que la profesora está dictando en clases. Lo hace de manera automática.
El ser humano se caracteriza por ser un ser libre, capaz de tomar decisiones a través de su conciencia, por lo que podemos decir que los animales no son sujetos morales puesto que no poseen conciencia ni tampoco lo son las personas sonámbulas, porque las decisiones que tomas no son procesadas por la conciencia.
Por lo tanto, la conducta moral es toda conducta humana, libre, que tenga una referencia a la conciencia, que de algún modo se enfrenta a un deber-ser y que pueda ser juzgada como universalizable, es decir, el deber-ser debe ser conocido por todos.
La conducta moral es una conducta responsable frente a uno mismo como frente a los demás; la persona sabe qué es lo que hace y por qué lo está haciendo, por esto decimos que hace referencia a la conciencia (del latín cum sciencia, ‘con saber’)
La acción moral es juzgada como buena o mala desde el interior del sujeto, la conciencia es testigo y juez de la acción, la cual debe tener referencia a un deber-ser.
Una conducta humana moral sigue los siguientes pasos:
1. El estímulo es filtrado y juzgado por la reflexión
2. En esta reflexión intervienen los principios morales, el carácter y las posibilidades
3. E sujeto se auto-impone la alternativa elegida anteriormente.
4. El sujeto actúa
5. Todo lo anterior se acompaña de sentimientos de satisfacción o de insatisfacción, de aprobación o de desaprobación, etc.

CONCIENCIA MORAL
La palabra conciencia viene del latín cumscientia, que significa con saber. El ser humano es un ser consciente porque se da cuenta de sus actos, sabe qué es lo que hace, lo que escucha, etc. Todos los actos del ser humano son juzgados de manera innata e inmediata por los parámetros de bondad o maldad, considerando lo que es correcto y lo que es incorrecto. La consciencia se forma y se educa desde la infancia, no solo aceptamos lo que alguien más nos dijo acerca del bien y del mal sino que cada uno de nosotros forma su propio juicio.
La conciencia moral es una norma, un deber ser, algo que todos debemos obedecer y nos dice lo que en verdad es bueno o malo. La conciencia moral es una norma subjetiva, es determinante y no posee por sí misma el fundamento último de autoridad.
• Es subjetiva porque cada sujeto poseedor de una norma, reconoce su presencia y no debe juzgar al resto por una norma propia. Por ejemplo, si para mi fumar es malo, para otra persona puede no serlo y yo no porque yo tenga esta norma debo juzgar al resto que si fuma. Así vemos que la conciencia se va formando de manera subjetiva de acuerdo a las percepciones personales de la bondad y de la maldad.
• La conciencia por sí misma, no posee el fundamento último de autoridad para establecer una norma puesto que, como se dijo anteriormente, cada uno posee sus propias normas subjetivas y no porque una mayoría acoja la misma norma significa que la misma norma debe ser ley. Sin embargo, las personas que sí acogen una determinada norma, la establecen para sí mismos, ley absoluta de comportamiento.
• Es determinante puesto que determina en nombre de un orden superior y trascendente. Al ser seres sociales, la conciencia siempre va a trascender de generación en generación puesto que un determinado comportamiento no es malo tan sólo porque sí, sino porque hace mal, a mi o a otras personas. Por ejemplo, el que una persona reacciona a determinadas situaciones con ira y prepotencia; un hombre inteligente, no reaccionará con ira frente a las mismas situaciones porque es malo. Esto es un orden superior y ese orden superior es dictado por Dios.
Ley y moralidad no van necesariamente de la mano. Si alguien con autoridad establece una norma, no es necesariamente es una ley moral.
Ley moral y ley positiva tampoco van necesariamente de la mano puesto que hay leyes que son inmorales. Un ejemplo de ley inmoral es el lucro en la educación; es inmoral, inconveniente e injusto.

MORAL
Cuando tomamos decisiones de acuerdo al orden moral, podemos decir que tenemos una conciencia cierta y cuando nos apartamos de dicho orden, entonces hablamos de una conciencia errónea. Dentro de esta última, podemos apartarnos del orden tanto por ignorancia como por decisión propia. Si nos apartamos por decisión propia, hablamos de una ignorancia culpable, ya que tengo como salir del comportamiento erróneo pero no lo hacemos por razones conscientes (como flojera, entre otros). Si nos apartamos por ignorancia, entonces hablamos de ignorancia invencible, puesto que no tengo cómo saber que estoy errado, no tengo a quien preguntarle y por lo tanto estoy obligado a seguir mi error.
Podemos distinguir dos tipos de morales: cerrada y abierta.
• Moral cerrada: Es la moral rutinaria en la que la persona se limita a aceptar las normas y costumbres establecidas por la sociedad, el entorno, etc. Esta moral se caracteriza por ser acomodaticia y pasiva puesto que se hace lo que todo el mundo hace.
• Moral abierta: Es aquella que intenta comprender las normas y llevar a las personas a que su conducta sea plenamente responsable. Los individuos le enseñan al entorno lo que es moralmente correcto, para que a futuro, los oyentes puedan ser consecuentes con la moral y posean, al mismo tiempo, responsabilidad moral (obligación de asumir las consecuencias de los actos propios)
Aunque muchos sean los elementos que condicionan o influyan en el comportamiento moral, en último término, la decisión final siempre es personal.
AUTONOMÍA MORAL
Es un fenómeno que se da a partir del siglo XIX puesto que anterior a esta fecha había muy poca libertad humana, por lo tanto era muy difícil que la gente tuviera autonomía moral. Hoy en día, como ya no existen sociedades feudales, cada persona decide su comportamiento moral. La autonomía moral viene facilitada por distintos factores:
• La cultura, puesto que hoy, gran parte de la población tiene acceso a educación y cultura.
• El desarrollo científico y tecnológico; el económico y el político. Todos han hecho posible una gran movilidad social tanto en lo profesional como en lo económico.
• La democracia, que significa el reconocimiento de la capacidad que tiene cada persona para decidir su actuar por motivos propios.
• Los medios de comunicación y la manipulación de las informaciones obligan al individuo a desarrollar criterios propios y crear hábitos personales para no dejarse arrastrar por el consumismo y el vicio.
No obstante, las personas siempre se encuentran condicionadas por innumerables elementos, en adición a los anteriores (físicos, biológicos, psicológicos, sociales, culturales, entre otros. Esto significa que el hombre nunca tendrá libertad y autonomía absoluta, sin embargo, dentro de este condicionamiento social, cada uno tiene que formar su propia conciencia y de esta manera el auténtico valor y el verdadero alcance de la autonomía moral consisten en la constante revisión de nuestros principios, en diálogos con nuestros semejantes, con respeto mutuo y aceptación de la diversidad.
La autonomía moral del hombre significa la aceptación de la ley moral, del mandato de Dios. La libertad del hombre y la ley de Dios se compenetran entre sí, en el sentido de la libre obediencia del hombre a Dios y la benevolencia de Dios al hombre. Cabe destacar que la obediencia del hombre a Dios no es una Heteronomía sino más bien una autonomía (Heteronomía: Alguien impone la ley. Autonomía: Yo dictamino mi propia ley)
LAS FUENTES DE LA MORAL
La Teología Moral es el estudio del comportamiento humano responsable, orientado hacia el bien y considerado a la luz de la revelación y de la fe. De ella podemos decir que:
• Se funda en la antropología cristiana, la cual le da una significativa importancia a la conciencia; esta se considera como última norma de moralidad, puesto que se educa e instruye a través del tiempo.
• Se funda en Cristo con la conciencia cristocéntrica (el camino, la verdad y la vida de Cristo como persona). Siguiendo a Cristo como maestro y modelo de la perfección humana.
• Para el cristiano, la moral es de índole comunitaria y social; puesto que el que vive en el prójimo, vive en sociedad; y la salvación se logra en la Iglesia, como miembro místico del cuerpo de Dios.
• Tiene una dimensión escatológica, el quehacer humano en dimensión de eternidad.
La moralidad de los actos humanos (actos consientes) depende de tres distintos factores: el objeto elegido, la intencionalidad y las circunstancias.
• Del objeto elegido: Si una persona tiene sobrepeso y además debilidad hepática, el acto virtuoso sería escoger comer una ensalada en vez de un sándwich. De esto desprendemos que la conciencia del hombre escoge el objeto.
• Del fin que se busca: Muchas veces la intención de realizar algo es buena, pero el objeto (el elemento que ocupo para alcanzar ese fin) puede ser malo o inapropiado.
• De las circunstancias de la acción: Puede que tanto el objeto como el fin sean malos, sin embargo las circunstancias pueden convertir el acto en un acto moral.
Estos tres constituyen la moralidad de los actos humanos, catalogándolos como actos virtuosos, morales o inmorales.
En base a la moralidad de los actos humanos, podemos identificar dos tipos de actos: los intrínsecamente buenos y los intrínsecamente malos. Los primeros son aquellos en los que se destaca la bondad de Dios, los que hacen énfasis en el primer mandamiento “Amarás a Dios y a tu prójimo como a ti mismo”, actos desinteresados y llenos de bondad, porque se entiende que la otra persona es imagen y semejanza de Dios.
Los actos intrínsecamente malos son aquellos cuyo objeto no puede ser ordenado a Dios porque contradicen de forma radical el bien del prójimo, por ejemplo el asesinato: es malo por sí mismo, independiente de las circunstancias o de la intención, matar es malo porque Dios lo dice, porque en sus mandamientos ordena a sus discípulos que no maten al prójimo, sin embargo, si una madre moribunda le pide a su hija que le ayude a morir y su hija acepta, el acto de matar a su madre sigue siendo intrínsecamente malo puesto que una intención buena o circunstancias en particular pueden atenuar la malicia de un acto intrínsecamente malo pero no pueden eliminar el mal por completo.
EL SERMÓN DE LA MONTAÑA
Este sermón va dirigido a todos los hombres sin dejar a nadie afuera así el que desee oír, que lo haga. El mensaje se entrega en la montaña, lugar privilegiado de oración en la Biblia, dónde han ocurrido grandes revelaciones y acontecimientos religiosos, como el encuentro de Dios con Moisés, entre otros.
Dentro de los temas que abarca este sermón está la justicia cristiana, la providencia de Dios Padre, las exigencias formuladas a quienes desean ser discípulos para posteriormente ser admitidos en el Reino de los Cielos y otras enseñanzas complementarias.
Dentro de este sermón encontramos dos grandes reflexiones:
• “Vosotros sois la sal…”: Jesús se preocupa por cosas bastante simples, en este caso de la sal. Antiguamente, aparte de saborizar los alimentos, la sal también servía para preservarlos. Si tomamos esta última definición, podemos deducir que Jesús nos dice que debemos ser la sal del mundo para poder preservarlo. Cada individuo debe saber salar la tierra, para poder darle gusto y sentido y esto no se consigue a través de sólo una persona, sino de todos en conjunto. Todo esto hace un llamado a la unidad, a la comunidad, a la iglesia y a la eficacia.
• “Vosotros sois la luz del mundo…”: Hoy en día, no apreciamos la luz porque durante la noche tenemos luz artificial; antiguamente, durante las noches había ausencia de luz, por lo que la gente se quedaba en sus casas, sin mucho que hacer. Tomando esto en cuenta, Jesús nos dice que: o Debemos ser luz en el mundo, puesto que no podemos ser luz del mundo si no estamos en él, cada uno debe ser luz en sociedad, luz de justicia. o Debemos ser luz para el mundo, teniendo aquí distintas formas de alumbrar. Cada uno es la luz del tamaño que desee, según el sentido que cada persona le da a su vida.

Jesús en el Sermón de la Montaña no destruye la ley existente sino que la reformula, le agrega otras cosas puesto que no estaba siendo bien interpretada ni bien cumplida por los escribas y Fariseos. Como resultado de esta reformulación, 6 antítesis fueron hechas a la ley ‘antigua’ de Moisés para conformar la ley nueva:
• Primera antítesis: La Vida.
Esta antítesis hace referencia al quinto mandamiento de la ley de moisés: “No matarás”. Jesús reformula esta ley sobrepasando el acto de matar en sí, lo lleva al interior de cada persona, a los deseos del corazón. Jesús insiste en la importancia del amor al prójimo, a los hermanos y a los enemigos, valora la vida de cada uno de ellos, castigando el rencor alojado en el corazón del hombre, indicando que un hombre con rencor hacia su prójimo es ya de por sí un hombre asesino porque no valoró la vida del otro.

• Segunda antítesis: El adulterio.
Aquí vemos como Jesús ataca el adulterio desde otros puntos de vista, al igual que con la vida. Él hace énfasis en el respeto al honor de la mujer, hace un llamado a los hombres de dejar de ver a la mujer como objeto deseable sino que verla como lo que realmente es: una compañera. Se hace énfasis en los deseos del corazón del hombre, en su interioridad dónde se juzga cómo se ve a la otra persona.

• Tercera antítesis: EL divorcio
Esta vez, Jesús se refiere al matrimonio cristiano como algo insoluble. Jesús dice que tanto hombres como mujeres pueden cometer adulterio (al contrario de cómo creían los Escribas y Fariseos que sólo acusaban a la mujer de ser adúltera), y este es la manifestación de la revelación contra la esencia misma del vínculo matrimonial.

• Cuarta antítesis: el juramento
Antes de la reformulación de Jesús, .los rabinos solían condenar el perjurio (profanación del nombre de Dios) por sus terribles consecuencias, así como también condenaban el juramento hecho en vano. Jesús rechaza de plano el juramento y exige a sus discípulos una actitud de veracidad total, haciendo hincapié en la actitud interior del hombre.

• Quinta antítesis: Las represalias.
Esta reformulación de Jesús se trata del deseo de venganza al interior del corazón del hombre, Él nos dice que sin importar lo que otro nos haya hecho, no debemos actuar mal y “pagarle con las misma moneda”, debemos ver siempre el bien en nuestro prójimo y no tomar represalias ni vengarnos por lo que nos han hecho, sino perdonarlos y ser un fiel reflejo de Dios evitando toda agresión y daño del prójimo, sin que esto signifique renunciar al respeto por uno mismo.

• Sexta antítesis: El amor al enemigo.
Esa antítesis se manifiesta en contra de todo tipo de violencia aplicada a todas las circunstancias de la vida. Llama a imitar la perfección de Dios Padre, que ama de manera permanente e invariable a todos por igual sin importar lo que hayan hecho.
Las antítesis que vinieron a reformular la Ley de Moisés abarcan la totalidad de la vida del hombre, no se enfocan sólo en un número de actos limitados para ganar una entrada al Reino de los Cielos sino que enfatiza una vida con plena obediencia a Dios en todo sentido, actuando siempre con el corazón.
DISCÍPULOS Y PRÁCTICAS DEVOTAS
En la vida de un judío existen tres prácticas centrales mediante las cuales alcanza los meritos que le permiten compensar las infracciones cometidas a la ley, ya sea por ligereza o por inadvertencia.
La limosna: Jesús nos dice que no es necesario hacer alarde de lo que se ha hecho, no es necesario que todos sepan cuando se hace limosna puesto que la intencionalidad del acto cambiaría y pasaría a ser un acto malo.
El ayuno: Lo mismo pasa con el ayuno: Jesús llama a quienes hagan ayuno a hacerlo en silencio sin demostrárselo a los demás, porque los únicos ojos que importan son los del Padre Celestial, que está observando en secreto.
La oración: al igual que con las otras dos prácticas, Jesús insta a sus discípulos a orar en secreto, y no en las sinagogas como los hipócritas que oran allí para que todo el mundo los vea, puesto que el que escuchará será Dios y el al escuchar en secreto, recompensará. A través de la oración se puede conversar con Dios y pedir perdón por los pecados cometidos. Para todo esto, Jesús nos entrega la oración conocida como el “Padre Nuestro”, donde el Padre mencionado es la fuente de todo bien, es el creador de todo lo existente y padre de todos los hombres sin distinción de raza o credo.
LAS BIENAVENTURANZAS
Las bienaventuranzas dibujan el rostro de Jesús y describen su caridad, iluminan las acciones y las actitudes características de la vida cristiana, anuncian a los discípulos las bendiciones y las recompensas ya incoadas. Presentan una nueva forma de comprender la justicia de Dios, marcan el deber-ser del hombre cristiano.
• Primera bienaventuranza: “Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos”
Al analizar esto, podemos ver cómo Jesús nos dice que en este mundo, lleno de pobreza y despilfarro, la persona que lo sigue de cerca debe absolutamente identificarse con los pobres, sintiendo su pobreza y compartir los bienes que se tengan y denunciar el despilfarro. Se debe tomar una actitud de humildad frente a la vida y tener una confianza máxima en Dios. Si llevamos esta enseñanza a un terreno más actual, podemos decir que la gente ‘importante’ de cada país, llámese políticos, reyes, famosos, etc. Deberían renunciar a sus bienes materiales y riquezas y ayudar a la gente que no tiene acceso a cosas tan básicas como la salud, hogar y trabajo.

• Segunda bienaventuranza: “Bienaventurados los mansos porque ellos poseerán en herencia la tierra”
Aquí Jesús nos dice que debemos comportarnos apaciblemente y con humildad frente a todas las contrariedades de la vida, debemos sufrir pacientemente los males que no podemos evitar y luchar contra los que sí se pueden. Jesús nos insta a ser mansos, a aprender a escuchar con el corazón y perdonar con él, a aceptar a los demás con respeto y cariño yendo más allá de la simple tolerancia.
Al llevar esto a la práctica, en momentos de tragedia como desastres naturales, que obviamente no son previstos por nadie, debemos aguantar y sufrir como el que más sufre sin llegar a límites desesperantes y entender que para salir de esta situación se debe confiar en sí mismo y en Dios y no culpar al del lado por no ayudar, puesto que él está en igual o peor situación que yo.

• Tercera bienaventuranza: “Bienaventurados los que lloran porque ellos serán consolados”
A través de esta enseñanza, Jesús nos muestra que no es malo llorar ni sentir tristeza, no hay que evitarla sino que asumirla humildemente y no ponerse iracundo con los demás al estar triste. Podemos llevar esto a un plano personal cuando sentimos la pérdida de un ser querido: debemos llorar todo lo que podamos o todo lo que nuestro cuerpo nos pida, dejando atrás lo que pueda pensar o decir la gente. Hay que expresar el dolor y no esconderlo.

• Cuarta bienaventuranza: “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque ellos serán saciados”
En esta oportunidad, Jesús nos dice que el hombre debe buscar la justicia en todo momento de la vida, puesto que con la justicia viene la felicidad, esta actitud trasciende la vida del hombre cristiano, instándolo siempre a buscar la justicia con los ojos de Dios. Ejemplificando esto, podemos decir que hoy en día existen muchas acciones que no son denunciadas por la gente que sabe y entiende que los que está pasando es injusto, ya sea para una sola persona o para un grupo de ellas, o para una comunidad; esto no se debe hacer, hay que buscar siempre la justicia y denunciar los actos ilegítimos morales o sociales.

• Quinta bienaventuranza: “Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia”
Acá Jesús nos llama a no hacer oídos sordos de aquel que necesita más que yo, a no ignorar la necesidad de los demás y hacer lo posible para satisfacerlas, a ser misericordioso, lo cual no significa ser solidario, puesto que la misericordia nace del amor y de la caridad, no de las presiones sociales. Un ejemplo de esto lo podemos ver en la cantidad de personas desamparadas en las calles sin nadie haciendo nada por ellos, sólo unos pocos, los que tiene a Dios en su corazón, pasan por su lado y les brindan comida y hogar. Esto es lo que se debería hacer, no tan sólo porque es ‘bien visto’ ayudar a personas desamparadas, sino porque nace del corazón.

• Sexta bienaventuranza: “Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios”
En este mundo donde encontramos corrupción bajo cada piedra, engaño, y deshonestidad, el que sigue a Dios debe tener cuidado para no contagiarse. El cristiano no debe fallar a Dios y obrar como Él: sin mentiras y con pureza de corazón. Podemos observar esto hoy en día, en aquella persona que es siempre respetuosa y gentil, cuidando mucho el vocabulario, la manera de dirigirse a otros, puesto que las palabras son el reflejo del alma.

• Sétima bienaventuranza: “Bienaventurados los que trabajan por la paz porque ellos serán llamados hijos de Dios”
El cristiano que sigue a Dios debe por principio, trabajar por la paz, en contra del odio, las rencillas, el terrorismo y luchar siempre por la reconciliación. Debe ser un hombre pacífico, apacible y promovedor de paz. Ejemplificando esto, podemos ver como se han producido guerras por el simple hecho de tener distintas opiniones y los mandatarios de las naciones en conflicto, no hacen más que suscitar la guerra sin importar las consecuencias que esta pueda traer. Estos líderes no están siguiendo el camino de Dios puesto que no están trabajando por la paz.

• Octava bienaventuranza: “Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia porque de ellos es el Reino de los Cielos”
Esta enseñanza se relaciona mucho con la cuarta bienaventuranza, pero su diferencia radica en que aquí se hace énfasis en las consecuencias o daños que puedan sufrir las personas que persiguen la justicia de Dios. Jesús acá apunta a los verdaderos valores humanos y se dirige a quienes son fieles a su fe. Por ejemplo; una persona que se entera de que a nivel político se está cometiendo una grave injusticia y la denuncia, deberá enfrentarse al gran poder que estos tienen, a la persecución que pueda enfrentar para lograr conseguir justicia.

SECCIÓN DE PREGUNTAS
1. ¿Qué entendemos por moral?
Por moral entendemos , el conjunto de reglas o normas por las cuales se rige el comportamiento del ser humano en relación a la sociedad, a sí mismo o a todo lo que lo rodea; son las decisiones que tomamos sobre nuestro actuar de acuerdo a nuestro deber-ser.
2. ¿Tiene alguna importancia en nuestras vidas la moral?
Sí, tiene mucha importancia puesto que nos guía por el sendero correcto y hace que todas nuestras decisiones giren en torno al deber-ser escogido. Si se tiene una conducta moral asumida por completo, todas nuestras decisiones consientes deben basarse en ella para lograr el deber-ser planteado.
3. ¿Hay una o varias morales?
Varias, porque la moral apunta hacia un objetivo personal propuesto, entonces, la moral que puedo adoptar yo, como modelo a seguir en mi vida, puede ser muy distinta a la moral que tomen mis compañeros. Cada moral depende mucho de la profesión y las experiencias de vida de cada persona, así la moral tiene un ladrón, por ejemplo, no es la misma que tiene un policía, puesto que para uno el robo es necesario para vivir, el otro lo desaprueba y es su deber castigarlo.
4. ¿Cuál es la oposición que plantea Jesús?
En el contexto de la limosna, la oposición de Jesús radica en el orgullo y el fanfarroneo, puesto que estos no son necesarios para ninguna de las prácticas devotas de los cristianos. Jesús se opone al fanfarroneo judío que le muestra a todo el mundo lo que está haciendo y recalca que todo debe hacerse en secreto y humildad, porque Dios al ser omnipresente, está atento de las acciones de cada uno, de las intenciones de esta y recompensa las que son dignas de Él.
5. ¿Qué significa la comparación con la mano?
La comparación con la mano significa, como dije anteriormente, el alardeo de las buenas acciones realizadas. Si alguien hace una buena acción, como la limosna, no tiene por qué saberlo todo el mundo, no hay que alardear de lo hecho sin que hay que hacerlo siempre en secreto y con humildad para poder ser recompensado en el Reino de los Cielos; por esto Jesús dice: “cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda, lo que hace tu mano derecha, así tu limosna quedará en secreto; y tu padre, que ve en lo secreto, te recompensará”
6. ¿Qué está criticando Jesús al hacer la limosna?
Jesús critica al judío y a la norma de los Fariseos, de hacer públicas todas las acciones devotas (limosna, ayuno y oración). Él no está de acuerdo con eso y enfatiza la omnipresencia de Dios al decir que Él sabrá cuando cada uno en la humildad y el silencio ora o ayuna y le recompensará en la vida después de la muerte.
7. ¿Se opone Jesús a la limosna?
No, Jesús no se opone a la limosna, se opone a la excéntrica forma de realizarla que tenían los judíos, una forma muy alardeada dónde todos sabían quién y cuándo estaba realizando la limosna.
8. ¿Qué significado tiene para un cristiano que Dios sea su padre?
Para un cristiano, que Dios sea su padre significa que es su fuente de todo, es su proveedor, es su creador, de él y de todo lo que hay en la tierra y aunque el cristiano, su hijo, no siempre se comporte de buena fe, siempre se padre acogedor, misericordioso que lo perdonará
9. Si hablamos que es el PADRE NUESTRO, ¿qué alcance tiene este “nuestro”?
El alcance que tiene ese “nuestro” es que abarca a toda la humanidad, independiente de nuestro credo o diferencias físicas, es el padre de todo lo que hay en la tierra, porque Él lo creó y aunque algunas de sus creaciones se descarrilen un poco, Él siempre estará ahí para escuchar y perdonar.
10. ¿Es Padre también del agnóstico, del ateo, del no cristiano? Elabore este punto.
Sí, como dije anteriormente, es padre de toda la creación terrestre sin importar el credo de cada uno. Dios es Padre de aquél que vivió toda su vida devota a Él y también es Padre de aquel que vivió una vida de excesos, lujos y predicando un credo distinto al de Él puesto que en cualquier momento, esa persona que no vivió su vida con Dios, puede abrir su corazón y aceptar a Dios como su padre. Cuando ese momento llegue, Dios estará ahí para recibirlo cordialmente sin prejuicios ni recelos ni resentimientos, porque Él es misericordioso con quienes más lo merecen.

11. ¿Cómo podría definirse el alcance que tienen estas tres primeras peticiones?
El alcance que tienen estas tres primeras peticiones (de la oración Padre Nuestro) se define como algo trascendente al hombre. Por ejemplo, en la primera petición vemos como hay un alcance que va más allá de la religión cristiana en sí y apunta a la realidad negada por los paganos, mientras que en la segunda petición el alcance es metafísico y se toma al Reino como el apogeo máximo de la religión y se trata de integrar a la vida cotidiana. En la tercera petición vemos como el alcance recae en la libertad del hombre y su máxima expresión cuando alcanza la voluntad de Dios.
12. ¿Qué comportamientos prácticos podrían significar las peticiones enumeradas?
Las peticiones podrían significar una construcción de moral sólida en base al camino de Dios, el cual debe ser firmemente tomado por todo cristiano y así definir su vida basándose en la entrada de Dios a su corazón y dejarse guiar por todas sus enseñanzas. Lo que se pide en las peticiones podrían significar la petición de la fuerza necesaria para llevar a cabo la moral escogida.
13. ¿Cuál sería la norma del actuar moral para el cristiano? Elabore este punto.
La norma del actuar moral para un cristiano debería ser guiada por su fe puesto que el contenido de esta (Jesús) es el Padre de toda creatura viviente en el mundo. El cristiano debe determinar las opciones profundas de su vida a partir del punto de vista de Dios.

Conclusión La moral de los diez mandamientos es una moral simple, basada en la palabra de Dios a través de Moisés. En ese tiempo, no se cuestionaban mucho los mandatos del Señor y no se buscaba la forma de desobedecerlos sin técnicamente incumplirlos, por lo tanto, la moral guiada por los diez mandamientos, era una moral guiada por el ojo de Dios pero no era tan potente, estricta o clara como la moral que impartió Jesús en el Sermón de la Montaña. Claramente ambas son bastante similares puesto que una es una mejora de la otra, sin embargo hay bastantes diferencias. Más que ejemplificar cada diferencia, me gustaría decir que cada antítesis formulada por Jesús no significó un cambio radical en la manera de interpretar los distintos mandamientos sino que significó un cambio en el punto de vista empleado al mirarlo, un punto de vista más amplio y preciso. Los pequeños cambios que Jesús hizo a través del Sermón de la Montaña eran necesarios para la época puesto que los fariseos y escribas estaban mal interpretando los mandamientos y estaban corrompiendo la sociedad cristiana de ese momento, por lo que un cambio en el punto de vista se hacía cada vez más inminente. Todas estas reformulaciones me hacen pensar en el lugar que ocupa la moral en mi vida, más que eso, las consideraciones morales que hemos estudiado en este curso. Para ser sincera, nunca me había planteado la idea de que cada uno tenía su propia moral, para mí todos esos eran simples valores que guiaban la conducta de cada ser humano. Si me pongo a pensar en profundidad, tengo una moral bastante definida y a decir verdad esto tiene una gran importancia en mi vida. Mi moral se forjó a través de distintas situaciones personales que se me presentaron durante mis 22 años de vida. Algunas concepciones de mi moral se acercan mucho a los ideales traídos por Jesús durante el Sermón de la Montaña, otras se alejan un poco. A pesar de no ser católica creo que mi moral está bastante cercana a lo que en este trabajo describí como “el camino de Dios” .