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Una potente infantería, un eficaz cuerpo de carros de guerra y una amplia flota sustentaron el afán conquistador de Tutmosis III, que libró una lucha a muerte contra el reino de Mitanni, el mayor enemigo asiático de Egipto
Por Javier Martínez Babón. Egiptólogo. Especialista en armamento egipcio. Autor de Historia militar de Egipto durante la dinastía XVIII, Historia NG nº 115
No estaba destinado a reinar. Tutmosis III sólo llegó al trono de Egipto porque su padre, el faraón Tutmosis II, y su Gran Esposa Real, la reina Hatshepsut, no habían tenido descendientes masculinos. De manera que fue él, hijo del faraón y de una esposa secundaria, quien acabó gobernando el país del Nilo. En este caso, el azar fue generoso con Egipto porque Tutmosis disponía de todas las cualidades necesarias para el buen gobernante y una más: su extraordinaria capacidad militar, que, sumada a un valor a toda prueba, le granjeó la lealtad del ejército más poderoso del Próximo Oriente. Al mando de estas tropas, Tutmosis III forjó un imperio que iba desde la actual Siria hasta la cuarta catarata del Nilo, en lo que hoy es Sudán. Con ello, los dominios del Egipto faraónico alcanzaron la máxima extensión de toda su historia.
En pos de esta ambiciosa expansión, el ejército combatió hasta diecisiete veces en tierras asiáticas, entre la península del Sinaí y el río Éufrates. A lo largo de este río se extendían los dominios de Mitanni, que por entonces era el más letal enemigo de Egipto. Ambos estados chocaron violentamente por el dominio de Siria, donde convergían todas las rutas comerciales del Próximo Oriente.
Los antecesores de Tutmosis III habían desarrollado unas fuerzas armadas profesionales, pero fue él quien las convirtió en un eficaz instrumento de conquista y defensa. El faraón era el comandante en jefe de todos los ejércitos de Egipto, aunque podía ceder funciones a su príncipe heredero. Diversas inscripciones destacan que su hijo, el futuro Amenhotep II, aprendió a usar armas desde su infancia y, ya como soberano, demostró su habilidad en el manejo de carros y arcos, tanto en campos de entrenamiento como en el campo de batalla. Pero, ¿cómo era y cómo funcionaba el brazo armado de Egipto?