Rosa María Acero Salán: Por arte de Magia
ESCENA II
En esa escena había dos niños que se levantaban muy contentos y saltaban y cantaban. Dejó de oírse el viento y la niña Laura dijó que lo consegían. En el mismo momento Andrés, el otro niño, repitió dando palmadas un dicho:
“Zascucamelaba ñasquigurrami la luna cansada y yo juganda aquí.”
Laura expresó que tenía una idea y iba a disfrazarse de bruja. Entonces Andrés contestó que ello de un señor muy importante que venía a pedir la bruja un deseo. Se aclaró la voz y dijó otra vez que pedirla un deseo. Por eso Laura invitó que ello diría el deseo.
Andrés explicó que tenía poco dinero y que su país era muy pobre. Pero la chica contestó rapida que las brujas hacían ciertas cosas pero no eran el Rey Midas.
Andrés transigió que si no quería oro, ni tampoco dinero y que lo que le gustaría es que los niños del país donde vivía tuvieran un parque con los personajes de los cuentos.
En respuesta Laura expresó que ya empezaba de entender que ello no quería los personajes de adorno sino de verdad. Andrés contestó que si podía ser.
Siguiente Laura acentuó que claro que se podía pero también añadió que como eso hace más de mil años que no lo hacía se la había olvidado la formula y tendría que buscarla en los libros. Entonces se levantó, pidió disculpe y garantizó que era cuestión de segundos.
Andrés se asustó cuando vio como Laura registró los libros. Preguntó que ella hacía y no iría a decir una fórmula de verdad.
Laura replicó que el niño era tonto y sólo era a mirar si existía algo de eso. Dijó que Andrés había tenido una idea estupendo. Entonces preguntó que se imaginaba que lo econtraban y un día pedían a la bruja que trajera en ese lugar a Caperucita, Blanca Nieves, Pulgarcito y mucho más.
Andrés también puso a mirar los libros y admitió que estaría bien y añadió que en esa pagina del libro había algo de cuentos.
Laura vio y dijó que era muy dificil de pronunciar el siguiente dicho:
“ZUSLACALLIBUADRAMACA...”
En este momento se oyó un fuerte estruendo y los niños se asustaron mucho. Los personajes de los cuentos aparecieron con caras de enfado y alborotaron mucho.