Filosofía

Mirada crítica a la visión de la dignidad humana de Singer

En este curso se ha discutido, principalmente, sobre la dignidad de los seres vivos, de la cual se desprende el derecho o no a la vida de estos mismos, específicamente de los seres humanos.
Ante la posición de Singer, la cual defiende la idea de que no todos los seres humanos tienen derecho a la vida, ya que no todos éstos son considerados personas, y solo aquellos que ejercen la facultad de conciencia y pueden defender sus intereses, lo son y por ende tienen derecho a la vida, no así, aquellos que queden fuera de esta descripción. Mi postura es de discrepar con esto y pienso que todos los seres tienen derecho a la vida.
Como primer argumento debo decir que no me parece sensato, sino más bien arbitrario reducir el valor o la dignidad de un ser a su capacidad de conciencia, y menos sensato aún, a partir de esto, deducir que un ser de ésta naturaleza no tenga derecho a la vida. Una cosa es definir lo que es una persona, otra es derivar necesariamente que los que no entran en esta definición no tienen derecho a vivir ya que esto último no es lógico.
Por lo demás, ser persona (entendida como ser racional, consciente, como lo entiende Singer) está presente potencialmente también en un embrión o niño pequeño, si bien aun no ejerce ciertas facultades, las ejercerá en un futuro y será igual de capacitado o quizás más aun que cualquier otra persona existente. También así, estas facultades están presentes en los seres humanos discapacitados, pero presentes de una forma defectuosa, lo cual no debe ser determinante en su dignidad como ser ya que en el mundo las llamadas personas, que ejercen estas características de manera plena, también presentan distintos niveles de conciencia y racionalidad y no podemos empezar a juzgar este nivel para definir su derecho a la vida.
“Lo que el hombre es debido a su esencia se muestra en un hombre adulto normal. En él vemos que el hombre es alguien, que es esencialmente persona. Así, no existe razón alguna para no considerar también como personas y tratar como personas a quienes poseen la misma naturaleza, sólo que en una forma todavía no desarrollada o defectuosa. Ser persona no es una determinación cualitativa, sino que la persona es aquél que tiene esas determinaciones. A la naturaleza humana le es esencial que la tenga una persona, es decir, alguien.”

Por lo que, aún, en la tesis de Singer los embriones y discapacitados zafarían de su destino fatal, aunque no queda del todo resuelto la justificación de por qué un ser consciente tiene mayor dignidad que aquel que no lo es.
Como contraargumento se podría criticar ésta posición en el sentido que la realidad muestre que exista gran crueldad en seres inconscientes como en animales o incluso en animales que presenten cierta conciencia y que son, según Singer, las “personas no humanas” y podrían ser fácilmente comparados con aquellos, según éste mismo, como los “animales humanos”. Entonces, es dudoso plantear una frontera que limite a nuestra especie y que al mismo tiempo lo distinga moralmente del resto de los animales, si esto no es así, entonces no habría ningún impedimento ético en matar a un cerdo o una vaca que a un ser humano sin conciencia.
El punto es que no se trata de rebajar la dignidad humana (y el derecho a la vida) a los niveles con los que se tratan a los animales (sin conciencia) sino por el contrario: elevar el nivel de dignidad de los animales acercándolos a los de los humanos. Porque aunque acordáramos que una vida consciente que puede defender sus intereses es preferible, de allá no se deduce que otro tipo de ser no tiene derecho a la vida o pueda aniquilarse sin ningún remordimiento moral.
Si tomamos como principio básico de dignidad y derecho a la vida el concepto de persona basado en la conciencia, tendremos que aceptar que es peor matar a un chimpancé que a un ser humano intelectualmente discapacitado, lo cual es difícil de aceptar y no por un tema de especismo, sino más bien por el hecho que se estaría rebajando la dignidad humana haciendo un retroceso más que elevar la dignidad de los animales en forma de progreso.
“…como hemos visto, existen argumentos de peso para pensar que quitar la vida a una persona resulta, por sí mismo, más grave que quitar la vida a alguien que no sea persona. Por lo tanto, parece que matar a un ser humano que, debido a una discapacidad intelectual congénita, no es ni podrá ser nunca persona.”
Por otro lado, y como segundo argumento, el sentido común (el criterio) nos dice que no sería bueno matar a un ser que carece de conciencia de sí mismo y que no pueda defender sus intereses como un niño pequeño o un hombre con retardo mental.
Con Aristóteles podemos decir que debemos actuar con prudencia y esto significa actuar de acuerdo a los valores que hemos heredado a través de la historia de la humanidad, éstos nos guiarían a respetar la vida de los pertenecientes a nuestra especie por sobre el resto, sin significar que se puede pasar a llevar los otros tipos de seres.
Contra esta posición Singer podría decir que es tan solo un especismo pensar que hay que proteger nuestra especie antes que cualquier otra y que es este pensamiento el mismo que se tenía antiguamente cuando se trataba a los de piel oscura como una especie inferior a los de raza blanca y que por esta razón no tenían dignidad.
Si bien no estoy de acuerdo con este término de especismo, ni mucho menos con el trato que se le daba a los negros en el pasado, creo que sí es fundamental primero lograr tener un respeto y poder defender a nuestra propia especie para, luego así, poder mantener este mismo respeto por las otras especies. Es decir, está bien, según mi pensamiento, hacer una diferencia entre las especies, pero esto no implica que por esta razón vayamos a negarle el derecho a la vida a aquellos que no pertenezcan a la nuestra.
“Privilegiar a los hombres porque son hombres es denominado por Singer, en paralelismo con el racismo, especismo. El especismo es la parcialidad a favor de la especie a la que casualmente pertenecemos. Para esa parcialidad no hay fundamento racional alguno. Antes bien, solamente deberíamos conceder derechos a los seres que posean determinadas propiedades y capacidades, a saber, conciencia del yo y racionalidad”

Bibliografía: 1) Singer, Peter. “Ética práctica”, Segunda Edición. 2) Spaemann, Robert. “Límites acerca de la dimensión ética del actuar”, Eiunsa, Madrid, 2003.

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[ 1 ]. Spaemann, Robert. “Límites acerca de la dimensión ética del actuar”, Eiunsa, Madrid, 2003. Pp, 401.
[ 2 ]. Singer, Peter. “Ética práctica”, Segunda Edición. Pp, 147.
[ 3 ]. Spaemann, Robert. “Límites acerca de la dimensión ética del actuar”, Eiunsa, Madrid, 2003. Pp, 401.