Amanda Hernández
SP 410
Dr. S Infanger
19 de noviembre 2012

Sor Juana Inés de la Cruz era una persona de muchas capas y muchas causas. Históricamente, como una mujer que es un héroe que fue uno de los primeros en permitir a sí misma a ser humillado y despreciado por la educación y el tratamiento en general mejor para las mujeres. Y como una monja y una mujer de la iglesia, que era una santa con los mejores intereses de los demás en el corazón. Defendió la inteligencia femenina fe y la razón. Como persona, posiblemente no era más que verdaderamente define a sí misma. Sor Juana Inés de la Cruz no sólo era inteligente, pero habla rápido, ingenioso y bello. En otras palabras, es posible que ella fuera rápidamente en su camino de convertirse en la novia de alguien trofeo, como sus dos medias hermanas mayores se habían convertido antes que ella. Madre S De la Cruz era criollo. Su padre era vasco. Su fecha de nacimiento había sido aceptada como 1651 durante muchos años, pero ella mintió para ganar la entrada al convento y así se obligó a más jóvenes que ella. Un certificado de bautismo se ha encontrado para mantener a su fecha real de nacimiento como 1648.It también se cree ahora que mintió acerca de su legitimidad como un niño concebido dentro del matrimonio también. Sor Juana se presenta como desafiante e incapaz de reprimir su curiosidad intelectual. La vida religiosa elegida como escenario para el trabajo intelectual, se encontró con que la Iglesia se opuso a sus estudios en las ciencias naturales, la zona secular de la filosofía especulativa que no pudo ser controlado por la doctrina teológica y eventualmente lo desafió abiertamente. Cuando se pide a renunciar a sus estudios durante algunos meses, Sor Juana dice, no pudo resistirse a la búsqueda del conocimiento y se inadvertidas las observaciones científicas del mundo a su alrededor. La interacción del "mundo" y el convento en la vida de Sor Juana era complejo y multidimensional. Toda su obra, con la excepción de la, Primero Sueño [Primero sueño], como se explica en la Respuesta a Sor Filotea, fue escrita por encargo para las festividades religiosas o tribunal. Como la mayoría de los escritores de su tiempo, ella dependía de la benevolencia de sus clientes, en sus patrones de caso en los más altos cargos seculares y religiosos. A diferencia de la de sus homólogos masculinos, su propia escritura era un acto de desafío. Ella era una monja de la orden de jerónimo, lo que le permitió el tiempo y la libertad para estudiar Los escritos de monjas católicas fueron confinados históricamente dentro de los muros del convento, Sor Juana era ya un poeta publicado y un miembro de los tribunales de prestigio en la ciudad de México cuando hizo los votos para unirse al Convento de Santa Paula. Ella desarrolló un increíble talento para la versificación, y fue capaz de sostener su posición en materia de aprendizaje con los teólogos, matemáticos, filósofos y hombres de letras. En el convento, ella tenía su propia biblioteca y el estudio, y fue capaz de mantener tertulias con hombres de gran sabiduría de la Corte y de la Universidad. También escribió obras de teatro, era experto en música, y estudió todas las ramas del conocimiento, desde la filosofía a la ciencia natural. Lo que es notable acerca de la escritura de Sor Juana es su clara conciencia de sus decisiones de apartarse de la norma, y su inquebrantable confrontación con las consecuencias de esas decisiones. En su prosa, poesía y drama, Sor Juana expresa su protesta contra las injusticias del lugar de la mujer en la sociedad hipócrita y de su propia posición emblemática de privilegio a un precio imposible. Ella defiende a sí misma ya las mujeres en general, en directo, en primera persona las declaraciones en su prosa, a través de la ironía en su poesía, ya través de personaje (como Doña Leonor en su obra Los Empeños de una Casa). En su poesía, Sor Juana irónicamente señala que la escritura de la poesía es, por tradición, unida a ciertos supuestos sobre el género. La gente suele suponer que el poeta sería varón, y que su fuente de inspiración sería el género femenino. Dado que muchos de sus poemas son poemas románticos, muchos estudiosos han afirmado que Sor Juana era una lesbiana que estaba enamorado de María Luisa, la esposa del virrey Marqués de la Laguna. A menudo se refiere como Lysi, fue el tema de muchos poemas de Sor Juana.