Ana Perez
SP 302- Primer ensayo

Los recuerdos de una persona no siempre son la realidad. Muchas veces nuestra mente nos hace ver nuestras memorias con más glamor. Para mi mis memorias de mis abuelos eran borrosas y incompletas. Por eso no sé si los recuerdos que tengo de mis abuelos son reales o solamente algo que la mente creó para suplantar lo poco que yo recordaba de ellos.
Mis abuelos ,por parte de mi mamá, son una pareja que an vivido por muchas cosas juntos. Ellos solamente habían pasado por mucho como pareja y se querían mucho por esa razón. Yo siempre los recuerdo por sus dos sillas que tenían afuera en su patio donde ellos se sentaban para ver lo que pasaba alrededor de ellos. Mis otros abuelos eran una situación completamente diferente. Mi abuela no era la persona más agradable y mi abuelo era una persona extravagante. Su relación no era la mejor y estuviera mintiendo si dijera que el alcoholismo de mi abuelo no afectó su relación.
Yo sabía que cuando el tomaba mucho el golpeaba a mi abuela y creo que por esa misma razón yo no lo recuerdo tanto. Mis tios y mi papá sabían esto y por eso no lo dejaban vivir en la casa de mi abuela. Aunque yo era muy pequeña cuando eso pasaba yo entendía todo y no me gustaba verlo. Por esa razón yo no tuve la oportunidad de conocerlo cuando todavía vivía en México. Después de mudarnos a los Estados Unidos perdí la oportunidad de poder conocerlo y formar un tipo de relación con él porque murió poco después que nos mudamos. Aunque él era un borracho él no era una persona mala y me hubiera gustado conocerlo más y tener buenas memorias de él como mi hermana las tiene.
Era el invierno del 2007 cuando mi papá decidió ir a México de vacaciones. Todos estaban muy felices por que íbamos a visitar a nuestra familia en México. Los gemelos ya eran más grandes y podían viajar y iba a ser la primera vez que nuestros familiares los iban a ver en persona y no en fotos. El viaje fue muy largo y de pilón la madre naturaleza decidió que iba a nevar cuando nosotros nos íbamos a irnos. Hubiera estado bien si solamente era un poco de nieve pero no fue así. El viaje fue una aventura pero no de las buenas. En el camino se oían Gritos de mi hermano y hermana a cada rato. Mi mamá tuvo buenas intenciones en ponerlos juntos en el carro. Ella pensaba que se le haría más fácil atenderlos si estaban juntos pero lo que ella no espero es que dos personas de 4 años se darían patadas, se gritarían y se morderían por problemas pequeños. En el carro todo lo que se oía era;
“feo,fea,mio,no,dame,burra, y burro” y muchos más insultos que sólo se les ocurren a niños de 4 años. No sé cómo llegamos hasta Missouri sin volvernos locos con todo el caos en el carro. Mi papá paró en una gasolinera furioso y trasladó a mi Hermano atrás y dejó a mi hermana en medio. Ellos empezaron a gritar pero cuando vieron que mi papá estaba enojado pararon y se portaron un poco mejor. Después de esto el viaje fue un poco mejor.
Cuando finalmente llegamos a México yo no podía creer mís ojos. Todo era diferente de lo que yo recordaba. Para mí San Luis era una ciudad grande pero después de haberme acostumbrado a las ciudades de los Estados Unidos San Luis era una ciudad pequeña. Las paredes de la ciudad estaban tatuajeadas con graffiti. Una paredes tenían el graffiti que uno esta acostumbrado a ver y otras tenían anuncios para promover un baile, negocio, y hasta los partidos del gobierno. Aunque la ciudad era pequeña yo la adoraba. Por todos lados había algo que estaba pasando. Los colores de las casas y negocios eran vibrantes con los colores más llamativos que se pueden imaginar. Verdes, rosados, anaranjados, azules y todos los otros colores similares. La ciudad se veía como un dibujo que un niño había coloreado.
El pueblo donde viven mis familiares es más pequeño pero tiene las mismas características que San Luis . A llegar primos de nosotros y otros niños que solamente tenían curiosidad rodearon nuestra camioneta. Mi tío estaba afuera del portón de nuestra casa ya que su tienda estaba al lado. Como todos nos estaban esperando cuando paramos afuera de nuestra casa y salimos de la camioneta inmediatamente nos rodearon todos . Yo vi caras familiares y otras que yo no conocía. Todos nos recibieron con abrazos y comentarios sobre lo mucho que hemos crecido. Todos no podían creer que por fin se va ser capaz de a ver a los gemelos. Todos tomaron turnos en cargarlos. De primero Hernan y Mayra solamente los observaron inseguros de quiénes eran esas personas. Pero eso inmediatamente se acabó cuando les empezaron a ofrecer golosinas. Mi papá estaba rodeado de viejos amigos y tíos que le preguntaban sobre el viaje. Mi mamá luego luego encontró a mi madrina y le empezó a hablar. Laura y yo nos mirábamos como niñas pequeñas que se sostenían a las faldas de su mamá la seguimos a todos los lugares que iba. No era que teníamos miedo pero solamente no estábamos acostumbrados a todas las personas y no sabianos que hablarles.
Primero no sabia que pasaba cuando las personas se movieron para un lado hasta cuando vi a mi papá enfrente de mi abuelita. Ella estaba llorando con felicidad y le dio un fuerte abrazo a mi papá. Mi papá se arrodillo enfrente de mi abuelita y le besó la mano mientras ella lo bendicio. Mi abuelita se veía igual comó yo la recordaba. Ella era una mujer fuerte y se veía con menos edad de lo que ella tenía. Cuando ella vio a mi hermana y a mi ella nos dio un abrazo con todas sus fuerzas.
“Emy y Laurita qué grandes están” ella nos dijo. (Emy es el apodo que la parte de mi papá me dio. Como mi nombre es Ana Aremy pero se les hace más facil llamarme Emy)
Ella no podía parar de llorar y empezó a llorar más cuando vio a mis hermanitos. Ella los abrazó también y hubiera sido un momento agradable si mi hermano no hubiera abierto su boca.
“Buelita por que no te peinas que no te da verguenza”
Todos se rieron hasta mi abuelita. Ese día estuvo lleno de abrazos y lágrimas felices. El siguiente dia fuimos a visitar a la familia de mi mamá. Mi papá le llevó botellas de licor a mi abuelito como y habíamos pasado por San Luis por carne para hacer una carne asada. Cuando llegamos pudimos ver que todas mis tías habían venido a ver a mi mamá llegar por los carros y todos los niños que rondaban la casa. Cuando entramos mi abuelita y abuelito estaban jugando dominó bajo los árboles de su jardín. Cuando los vi luego luego recordé todas las veces que íbamos a visitarlos cuando vivíamos en méxico. Me acordé de todos los juegos de dominó que jugábamos y todas la veces que yo estaba segura que ellos hacían trampa.
Mi abuelito se levantó y le dio un abrazó a mi mamá
“Hasta cuando puedo ver a mi Olga” le dijo a mi mamá
Mi mamá le dio un abrazó y le besó la mano. Mi abuelito es hombre muy macho y nunca lo abia visto llorar hasta esta vez. Yo siempre pensaba que él era un hombre muy grande y su bigote lo hacía a parecer muy intimidante. Pero puedo entender por qué lloró era la primera vez en 4 años que habia visto a su hija . Mi abuelita estaba llorando tanto que no se podia levantar de donde estaba sentada. Mi mamá se arrodilló enfrente de mi abuelita y le besó la mano y le pidió a mi abuelita que le diera su bendición. Mi abuelito nos vio y nos abrazó. Se pudo ver que le agrado mi hermanito por que lo apodó tomaton por sus ojos estaban muy grandes. Mi hermana y yo fuimos a darle un abrazo a mi abuelita. Ella nos abrazó con mucha fuerza. Laura y yo ya deberíamos estado acostumbradas a eso pero todavía se sintió un poco raro pero a la vez muy bien.
Esos son los recuerdos de cuándo fuimos a visitar a mi abuelitos. Esos son unos de los recuerdos más felices que tengo de ellos y no los cambiaría por nada.